El sábado a la tarde, ante un poco más de 200 espectadores, Robles y Capilla empataron 0 a 0 en una nueva edición del clásico de Exaltación de Cruz que se disputó en el centenario Estadio Enrique Fitte y en el marco de los cuartos de final del Torneo Apertura 2023.

Fue un partido áspero, duro, entreverado, con pasajes calientes, bastante parejo y con pocas situaciones de peligro frente a los arcos.

Fiel a su manera de entender el fútbol, Carlos “Bocha” Hernández, el entrenador de Robles, llenó de volantes una zona media por donde permanentemente transitaron Eduardo Sánchez, Santiago Cerisola, Lautaro Braggio, Elias Ferreira y los zurdos Marcos Campo y Federico Cruz. Esta congestión de hombres le permitió cerrar espacios y disponer de la pelota aunque Matías Da Silva quedó demasiado solo en función ofensiva.

Por su parte Julio Márquez (que a los 15 minutos se vio obligado a hacer dos cambios por las lesiones de Martín Beretta y Tomás Zambrana) también aplicó el mismo libreto que viene utilizando desde su llegada el elenco azulgrana, con los zagueros Diego Santoro y Lautaro Camacho apretando hasta la raya central, con Emiliano Franco y Joaquín Gallego tratando de ser prolijos en el armado de la jugada y con el incansable Joel Greco subiendo y bajando por el carril del viejo número 10 pero casi nunca encontró lugar para jugar con alguna comodidad, y los dos delanteros netos, Francisco Bellido y Rodrigo Rama, quedaron incomunicados del resto de sus compañeros y fueron bien controlados por el terceto defensivo que integraron Juan José Álvarez, Matías Castaño y Nicolás Mansilla.

El ingreso de César Quinteros, aún sin estar en su mejor condición física, le permitió a Capilla contar con un jugador de mucho oficio para debatirse en un círculo central que parecía un campo minado y mantuvo una batalla durísima con Cerisola, que jamás le dio ni le pidió tregua.

Durante gran parte del cotejo el plan de Robles resultó efectivo porque el juego fue trabado, con muchos choques y se desarrolló en una franja de 70 metros de largo por 60 de ancho con la pelota circulando por los pies de Cruz, Campo y Ferreira, que trabajó abierto por izquierda pero sin profundidad para inquietar a un seguro Franco Ponacci, que en el complemento desvió al córner un disparo de larga distancia de Da Silva en lo que fue la opción de gol más peligrosa del elenco de la Ruta 8.

Capilla, que fue más prolijo para administrar el balón, no tuvo ni la libertad ni el tiempo mínimo como para elaborar maniobras claras pero cerca del epílogo de la contienda apretó más arriba y le dio trabajo al buen arquero Martín Días, que al igual que su colega, se mostró atento y eficiente.

El 0 a 0 no merece muchas discusiones porque fue el saldo lógico de una lucha (pocas veces tan bien aplicado el término de lucha) constante, cargada de fricciones y que dejó abierto para la revancha el desenlace de la llave.

Robles: Martín Días (7); Juan José Álvarez (5), Matías Castaño (6) (reemplazado por Darío Sotelo) y Nicolás Mansilla (6); Lautaro Braggio (5) (sustituido por Ignacio Cossini), Eduardo Sánchez (5), Santiago Cerisola (6), Elias Ferreira (6), Federico Cruz (5) (más tarde Gonzalo Galeano) y Marcos Campo (6); Matías Da Silva (6). DT: Carlos Hernández.

Capilla: Franco Ponacci (7); Martín Beretta (más tarde Ángel Vargas 5), Diego Santoro (6), Lautaro Camacho (6) y Alan Greco (6); Tomás Zambrana (luego César Quinteros 6), Joaquín Gallego (6), Emiliano Franco (6) y Joel Greco (6); Francisco Bellido (5) (después Iván García) y Rodrigo Rama (5). DT: Julio Márquez.

Juez: Juan Bruno.

Público: 220 personas.

La Figura: Franco Ponacci (7) de Capilla.

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