Días de Areco conversó con el percusionista de La Furia, Rolo Alesi que durante la charla habló sobre sus primeros pasos en la música y de los conceptos que mueven a una orquesta que cada fin de año convoca a una verdadera multitud de vecinos en un baile popular.

En la entrevista, el músico repasó varios momentos de su trayectoria y concluyó con una reflexión sobre la riqueza cultural de nuestro pueblo.

¿Cómo se acercó la música, cómo fueron sus comienzos?

“Me tengo que remontar a los tiempos de la escuela primaria, a la influencia de mi hermana, que era amiga de Fede Mercado y fan de Trifásica. Mariana tiene 9 años más y yo andaba detrás de ella. Ahí ya escuchaba música en vivo por lo menos, compré los primeros CDs y fue como un despertar con esto. En ese momento miraba a Gastón Hugo, a Lucho Scarano que eran los percusionistas y tenía un amigo en Tigre que era músico y primero tocaba en una banda de reggae, después pasó a la cumbia y ahora a otra de salsa y yo más o menos seguí ese mismo camino”.

¿De movida le gustó la percusión?

“Primero aprendí guitarra con Manuel Sarabia. Nos juntábamos a tomar mate después del colegio y nos pasábamos la tarde tocando. Después me acuerdo que me compré las primeras tumba en La Pieza, que recién abría. Te diría que de esto ya pasaron casi 20 años y de ahí me sumé a una banda que se llamaba Los amigos de Loreto, con Charly Zaldívar, Acho Cabrera, Santi Nobal, Agustín Casares y Manu Sarabia. Hacíamos covers del estilo de Acho, que era el cantante con canciones de Sabina, algo de los Caballeros de la Quema, todo acústico. Esa banda se fue ampliando y se sumaron Vicky Fernández y Javier Casalnuovo y se hizo un lindo grupo de músicos. La percusión viene desde los albores de la humanidad y esos fueron los primeros instrumentos. La percusión hay que sentirla, más allá de las técnicas que se pueden aprender, que son muy importantes pero sentir la música es muy importante. Uno de los sentidos de la música es el transmitir algo”.

¿Estudió música?

“Sí, tuve mi formación, estudié, hice algunos cursos en Capital, en la Escuela Urbana de Música y Arte. También estuve en la carrera de música de la Escuela de Arte Gustavo Chertudi pero no terminé”.

¿Cómo se incorporó a La Furia?

“Al poco tiempo me fueron a buscar a casa los Miranda, Berni y Felipe, con Jony DI Filippo para armar Raíces, que era una banda de reggae que recién estaba empezando. Fue ahí que entré a la familia Miranda y no salí más. Esa misma banda se convirtió en La Furia que lleva unos cuantos años, 10 u 11, haciendo cumbia”.

Es interesante apreciar el crecimiento sostenido que tuvo La Furia y sobre todo el show que ofrece en la calle cada fin de año…

“Fue como casi sin querer porque en el primer show que hicimos un 31 de diciembre hubo 50 personas que no eran más que nuestros amigos y algún vecino del barrio. Eso nos gustó y enseguida nos convocaron para tocar en los carnavales del Polideportivo con 10 mil personas y fue muy movilizante. Pero La Furia es un grupo de amigos y lo tomamos como un juego porque no tiene una finalidad que no sea otra que tocar y pasarla bien. Fijate que la fiesta de fin de año no es otra cosa que devolverle a la gente la alegría que nos da tocar a nosotros. Es algo hermoso lo que se crea con la gente”.

Al mismo tiempo también usted forma parte de otros dos proyectos musicales…

“Si, estoy en dos bandas más, en la Biga Alada y en Piel Canela. Con la Biga estoy desde 2018 cuando grabamos la cumbia de Messi que se llama ‘Por algún Lio’. La Biga es algo distinto, tiene mucha fuerza y me divierto mucho tocando ahí porque puedo hacer más cosas porque tiene distintos géneros y puedo crear un poco más. En Piel Canela, que es una banda de salsa, estoy con bongó y campana pero es algo más estructurado”.

A lo largo de esta conversación pudimos notar que San Antonio de Areco tiene un movimiento cultural muy rico…

“La cultura de San Antonio de Areco es riquísima y no solo en la música porque tenés artistas plásticos, escritores, poetas, teatro, circo pero lo que falta son espacios y un mayor fomento de esto que ofrece culturalmente el pueblo. Me parece que encasillarse solo en la tradición es un desperdicio porque existe una gran variedad de cosas que la gente también lo consume”.

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