En una interesante conversación con Días de Areco, Luciano Pugliese, propietario de alfajores El Arequero, habló sobre la aventura de emprender por cuenta propia, dejando de lado la zona de confort que ofrece el trabajo en relación de dependencia.

En la entrevista, el empresario puntualizo que con El Arequero apuntan al turismo pero también al vecino de San Antonio de Areco y comentó que recientemente agregaron un alfajor sin TACC para celíacos.

Hace un tiempo ya que quedó usted solo al frente del Arequero, una producción artesanal de alfajores…

“Sí, es así. Antes tenía un socio, Joel Fallet, pero separamos la sociedad en buenos términos y continué con El Arequero. Lo bueno es que cada uno por su lado siguió creciendo con su proyecto. En esta etapa podemos decir que es como salir de la zona de confort y encarar un emprendimiento. Trabajar en relación de dependencia no tiene nada de malo pero es algo diferente a tener tu propia iniciativa. Tenés como un piso, un mínimo garantizado que vas a ganar a fin de mes pero también tenés un techo pero eso lo perdés cuando emprendes algo por tu propia cuenta. Ahí es donde está la aventura de emprender”.

Por lo que vemos, El Arequero es una empresa que crece día a día…

“Sí que crecimos pero también necesitamos desarrollarnos. Hay una diferencia entre crecer y desarrollarse. Podés crecer en ventas pero a eso te va llevando el mercado mismo. Desarrollarse es como plantar un árbol, que primero está la raíz, después el tronco, las ramas, así hasta completar el árbol. Crecer está bueno también porque no hay que estancarse pero mejor es crecer acompañado de un desarrollo más integral”.

Últimamente agregaron más variedades en el gusto de los alfajores…

“Sí, porque es necesario saber qué es lo que está pidiendo la sociedad, para dónde va. Hoy la sociedad se está orientando hacia una alimentación más saludable pero también cada vez se difunde más una enfermedad como la celiaquía, que es algo que no se elige. Es por eso que decidimos desarrollar un alfajor para celíacos, que es sin TACC, proyecto que hicimos en conjunto con Julio Bazán que tiene una pastelería. Después agregamos un alfajor relleno de frambuesa y cubierto con chocolate blanco. De a poquito le vamos sumando más variedades a la familia del Arequero”.

Obviamente que mantienen los gustos clásicos…

“Claro, por supuesto que mantenemos los alfajores clásicos de chocolate, chocolate blanco, chocolate semi amargo con avellanas, merengue y dulce de leche y chocolate blanco pero relleno con membrillo”.

Sobre todos los fines de semana lo vemos promocionar sus productos en redes sociales y en la zona turística de la ciudad…

“Sí, porque la idea es ir más allá de promocionar nuestros alfajores porque queremos representar a todos los emprendedores de San Antonio de Areco. Es ahí donde se plantea un lindo ida y vuelta con los gastronómicos, con los hoteleros y con los diferentes rubros que también trabajan con el turismo para darnos una mano mutuamente. Tomo el caso de Salsa Areco que hacen un producto bárbaro o como el Almacén Los Principios que hace unos días volvió a abrir porque era una lástima que un lugar con tanta historia estuviera cerrado. Bessonart y Los Principios son dos puntos espectaculares para que lo pueda aprovechar el turista que nos visita”.

¿Cómo están las ventas?

“En cuanto a las ventas no nos podemos quejar pero el tema de la inflación nos juega bastante en contra. Esto va más allá del turismo porque también le pasa al comerciante en general. Lo que pasa es que se vende pero cuando pasas la zaranda no queda lo que debería quedar pero hay que seguir para adelante”.

¿El Arequero apunta también al consumo interno de San Antonio de Areco?

“Tenemos muchos puntos de venta en San Antonio de Areco: kioscos, vinotecas, fiambrerías, despensas, estamos en los barrios porque apuntamos al turismo pero también al consumo interno de nuestros vecinos. Más adelante pensamos ampliarnos. Nos llegaron propuestas de muchos lugares pero en estos momentos es muy costoso el flete, transportar el alfajor y eso encarece los costos y el precio final del producto”.  

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