Carlos Bianco, Ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, aseguró en TN que el Intendente Ratto “nos dijo que impacto que tuvo (la tormenta) sobre San Antonio de Areco fue mucho menor esta vez” gracias a “una obra que se hizo sobre el río Areco”. Lo hizo hablando de la importancia de los trabajos entre tres cuencas: la de nuestra ciudad, la de Exaltación de la Cruz y la de Luján.
Bianco fue uno de los funcionarios que acompañó a Kicillof en su paso por Areco el sábado en plena emergencia. Esa tarde, el Gobernador se reunió con el Intendente y evaluó la situación de nuestra ciudad en el marco de una recorrida por varios distritos afectados por inundaciones en todo el norte de la provincia.
En la nota en TN, el funcionario bonaerense se refirió a la obra de ensanche del cauce del río Areco que está en plena ejecución y que se reinició a fines de 2023 después de largas gestiones para acordar con los dueños de los campos afectados. Durante esta última crecida, incluso las máquinas de la empresa Ecodyma, a cargo de los trabajos, quedaron debajo del agua.
Las obras hídricas en la cuenca del río Areco se ejecutaron de manera continuada entre 2011, cuando se presentó el Plan de Manejo Hídrico, y 2016, cuando por decisión de la entonces Gobernadora Vidal con el acompañamiento de los concejales de Cambiemos, entre ellos el hoy Intendente Ratto, se frenaron los avances en la zona del anfiteatro y las compuertas. Además, en 2017 la gestión provincial de ese momento decidió eliminar del plan las retenciones río arriba por presión de productores propietarios de las tierras que iban a ser afectadas y las cambió por el ensanche aguas abajo que no forma parte de la planificación original. Esos trabajos comenzaron a ejecutarse en plena campaña del 2019, sin los permisos correspondientes, lo que derivó que en 2020 se frenaran y se abriera un conflicto judicial que se pudo destrabar recién en 2023. Parece apresurado plantear que obras que en el mejor de los casos están a mitad de camino en su ejecución evitaron efectos mayores en esta última inundación, como si lo sucedido no fuera ya un daño inmenso.