Ayer, Rivadavia y Robles empataron 1 a 1 en el cotejo que cerró la fría tarde que vivimos en el centenario Estadio Enrique Fitte. Con este empate, Robles suma 16 puntos y ocupa el quinto puesto en la tabla de posiciones. Rivadavia acumula 15 y está sexto cuando faltan cuatro fechas para el final de la etapa de clasificación.

Hasta la media hora del primer tiempo el partido fue intenso, interesante y parejo porque el equipo de la Ruta 8 llenó de volantes la zona central y  por ese sector transitaron permanentemente Emanuel Perea, Eduardo Sánchez, Santiago Cerisola, el zurdo Daniel Pérez, Elias Ferreyra y Lautaro Braggio que se tiraba 20 metros atrás. Esa congestión de gente le permitió cerrar el paso por el anillo medio y manejar la pelota aunque Matías Da Silva quedó demasiado solo como arma de ataque.

Si bien es cierto que a Rivadavia le costó armarse con comodidad (el más perjudicado en este panorama fue Laureano Leguizamón que no tuvo tiempo para pensar) siempre fue más peligroso y anduvo más cerca del gol con los piques de Tomás Gallardo, las intervenciones de Joaquín Hernández (sobre todo aprovechando sus derechazos envenenados con balón parado) y con las apariciones sorpresivas por izquierda de Tomás Martínez que encontró huecos en la línea de 3 zagueros que dispuso el elenco visitante.

Después de los 30’ iniciales cambió el rumbo de la historia y la contienda se volvió más sucia, más desprolija, áspera, con pierna fuerte y muchas discusiones que el árbitro Javier Mihura no supo encauzar.

Todo arrancó cuando se generaron incidentes en la tribuna que compartieron los simpatizantes de ambos clubes. Ese hecho interrumpió el juego por tres minutos. Luego ese clima caldeado se trasladó a la cancha y prevaleció hasta el epílogo de la lucha.

A los 45’ Gallardo abrió el marcador tras sellar una veloz carrera que llevó su firma registrada.

En el complemento Robles salió con más determinación y apretó más arriba pero el cuadro de la avenida Vieytes se mostró firme y ordenado en defensa, achicando espacios en las inmediaciones de su propia área con el retroceso de Nicolás De Renzo y con la sobria actuación de sus dos zagueros centrales, Diego Ponce y Román Sánchez.

Pero a los 17’, el potente Da Silva aprovechó al máximo el primer error de los defensores panzanegra y anotó el empate.

Desde entonces, Rivadavia perdió la brújula, cayó en el desorden colectivo y entró en el estilo vertiginoso que le propuso su adversario que en ese lapso mostró la habilidad de Daniel Pérez para esconder la pelota debajo de su botín zurdo y la dinámica de Perea para recorrer generosamente toda la banda derecha.

El resultado era una moneda girando en el aire pero en los últimos cinco minutos de la noche arequera, volvió al centro de la escena el cuadro que dirige Damián Scarano y con dos remates de Hernández, uno de ellos pegó en el palo del arco que da espaldas a la calle Fitte, acarició la victoria que encontró como principal escollo la buena actuación del arquero Martín Días y la solvencia del capitán Matías Castaño.

Rivadavia: Ramiro Ciaffardini (6); Andrés Tijerath (6), Diego Ponce (7), Román Sánchez (7) y Valentín Griguelo (5); Matías Oyanguren (6) (reemplazado por Genero Ríos), Nicolás De Renzo (5), Laureano Leguizamón (6) y Tomás Martínez (7); Tomás Gallardo (7) y Joaquín Hernández (7). DT: Damián Scarano.

Robles: Martín Díaz (7); Ignacio Cossini (5) (más tarde Juan José Álvarez), Matías Castaño (7) y Nicolás Mansilla (6); Emanuel Perea (7), Santiago Cerisola (6) (luego Lucas Pérez), Eduardo Sánchez (5) (después Gonzalo Galeano), Elias Ferreyra (5) (reemplazado por Daren Murialdo) y Daniel Pérez (7); Matías Da Silva (7) y Lautaro Braggio (5) (sustituido por Nahuel Pérez). DT: Carlos Hernández.

Goles: 45’ Gallardo (R) y 62’ Da Silva (Robles).

Juez: Javier Mihura.

Público: 220 personas.

La Figura: Daniel Pérez (7) de Robles.

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