Ayer, Rivadavia le ganó 3 a 2 a San Patricio un partido correspondiente a la segunda fecha del Torneo Clausura 2023 que organiza la Liga Deportiva.

Cerca de 500 personas asistieron al centenario estadio Enrique Fitte atraídos por el magnetismo que genera la vigencia de una rivalidad deportiva que arrancó en 1984 y que le da vida plena a un duelo que hace rato se convirtió en un verdadero clásico de nuestro fútbol.

La primera sensación que nos queda tras más de 90 minutos de un juego entretenido, vibrante, con pasajes muy interesantes, es que Rivadavia ganó con total justicia porque pensó mejor un planteo táctico que ejecutó casi a la perfección y porque en resumidas cuentas jugó mejor que su rival.

San Patricio tuvo más tiempo la pelota en su poder, tomó la iniciativa, fue prolijo, buscó variantes para cambiar el rumbo de la historia  y en la segunda etapa creó unas cuantas opciones con mucho olor a gol pero el elenco de la avenida Vieytes lo superó en dos aspectos centrales: firmeza defensiva y contundencia frente al arco contrario.

Damián Scarano organizó a su equipo con un plan claro: esperar con cautela, cerrar espacios en su propio campo, explotar al máximo el contragolpe y esa idea le salió redonda porque a los 11 minutos Tomás Martínez habilitó a Tomás Gallardo que tras larga carrera sometió a Brian Rivello para abrir el marcador.

Apoyado en la seguridad que trasmitió desde el arco el reaparecido Ramiro Ciaffardini, Rivadavia armó un sólido bloque defensivo, con Andrés Tijerath atento en la función de líbero, cubriendo la espalda del joven Bautista Leguizamón (de gran actuación en el lateral derecho), de Diego Ponce y de Matías Petit que ajustaron la marca hombre en zona de Pedro Cairo y Manuel Blanco. El experimentado Nicolás De Renzo, asistido por Martínez, se plantó delante de la línea de fondo y hasta Joaquín Hernández bajó para colaborar con el trabajo sacrificado de sus volantes pero sin descuidar la oportunidad de habilitar al veloz Gallardo que se mantuvo al acecho.

San Patricio fue el dueño de la pelota y la administró con limpieza hasta llegar a los últimos 30 metros de terreno porque prácticamente no pudo penetrar en el vallado defensivo panzanegra. Nicanor Basavilbaso organizó la salida desde la defensa. Federico Menconi se acomodó en el círculo central. Emanuel López y Martín Gignat se proyectaron por las bandas. Matías Pigretti colaboró con Menconi en la primera puntada de la maniobra. Lorenzo Vidal, esta vez por izquierda, aportó movilidad, pero el conjunto verde amarillo no encontró la fórmula para inquietar a Ciaffardini hasta que a los 44’ Blanco estrelló un tremendo zurdazo en el travesaño.

Germán Mangieri hizo cambios para el complemento. Abrió a Blanco como extremo izquierdo, lo cerró a Pigretti como doble 5, lo corrió a Vidal sobre la derecha y mandó a Cairo de centrodelantero neto para hacer valer su potencia física.

Rivadavia no cambió sus planes pero además contó con la prestación de un Hernández inspirado, que desde la posición de puntero izquierdo retrasado lastimó en cada intervención donde dejó en claro su calidad interminable.

A los 11’ de esa segunda mitad, Hernández tiró un córner con mucho veneno y Gallardo anotó el 2 a 0 con un cabezazo cruzado.

A partir de allí la lucha alcanzó gran vibración porque Blanco descontó dos minutos más tarde y porque los ingresos de Francisco Simionato y Juan Lofredo revitalizaron a San Patricio, que redobló sus ataques que por lo general terminaron en la búsqueda de la cabeza de Cairo que mantuvo un duelo titánico con Tijerath, Ponce y Petit, encargados de la tarea de contenerlo en el área.

A los 22’, Hernández convirtió el tercero luego de una notable acción individual. Joaquín, a los 40 años, suma 163 goles en su cuenta personal. Tres minutos después, Cairo volvió a achicar la diferencia en el tanteador con un cabezazo inatajable.

En los 20 minutos finales el conjunto del Trébol en el pecho atacó persistentemente pero con poca claridad. Basavilbaso se jugó entero y se fue a buscar alguna pelota área cerca de in Ciaffardini que no tuvo errores. López se paró de puntero derecho. Simionato cargó con fuerza por el otro costado. Blanco y Juan Bolea trataron de desequilibrar con su habilidad pero invariablemente chocaron contra esa muralla que fue la aguerrida retaguardia panzanegra que sostuvo una resistencia heroica para quedarse con un triunfo que no admite mayores discusiones.

Rivadavia: Ramiro Ciaffardini (7); Bautista Leguizamón (7), Andrés Tijerath (7), Diego Ponce (6) (reemplazado por Nahuel Gutiérrez) y Matías Petit (7); Matías Oyanguren (6) (luego Sebastián Fernández), Nicolás De Renzo (6), Tomás Martínez (6) (más tarde Rodrigo Leguizamón) y Facundo Tarchini (6) (después Martín Romero); Tomás Gallardo (8) (sustituido por Genaro Ríos) y Joaquín Hernández (8). DT: Damián Scarano.

San Patricio: Brian Rivello (6); Emanuel López (6), Nicanor Basavilbaso (6), César Núñez (5) y Martín Gignat (5) (reemplazado por Francisco Simionato 6); Matías Pigretti (6) (sustituido por Emiliano Castelo), Federico Menconi (6), Lorenzo Vidal (5) (luego Juan Lofredo 6) y Juan Bolea (6); Pedro Cairo (8) y Manuel Blanco (7).  DT: Germán Mangieri.

Goles: 11’ 56’ Gallardo (R), 58’ Blanco (SP), 67’ Hernández (R) y 70’ Cairo (SP).

Juez: Walter López.

Público: 500 personas.

La figura: Tomás Gallardo (8) de Rivadavia.

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