Tomás Pérez Rocha, integrante de La Diablada, le comentó a Días de Areco los motivos de la ausencia de la murga en el carnaval 2023.
Durante la conversación, el músico propuso la creación de un colectivo murguero, abierto también a la participación de otros actores permanentes del carnaval arequero, para buscar establecer un nuevo tipo de relación con el Municipio y decidir en el futuro sobre la organización de la fiesta.
¿Cómo tomó La Diablada la decisión de no participar del carnaval?
“La verdad es que la decisión se fue tomando de a poco, entre charlas, porque además de formar parte de La Diablada somos amigos. Es decir que la mayoría de los integrantes de la murga nos vamos encontrando en cumpleaños, en otras bandas, en otros proyectos y fuimos conversando de qué manera encarar esta situación hasta que llegó el momento de decirlo en una asamblea. Si bien es verdad que hay un factor económico, todos los años ponemos más dinero que el que se recauda y no es que sea algo que ocurre ahora, pero es bueno entender que llega el tiempo en que hay que tomar cartas en el asunto para ver cómo se está financiando la propuesta cultural desde el Estado. Además consideramos que las otras murgas ya habían decidido no salir”.
¿Lo económico fue determinante o también hay otros motivos de peso en la determinación?
“Creo que está muy conversado el tema de la plata que se está moviendo pero pienso que es aún más trascendental el hecho cultural que hay detrás porque una murga implica ensayos, una parte estética y con esto quiero decir que hay una cuestión creativa, con gente pensando una temática, en los trajes, de qué manera hacerlos, en el estandarte. Después está la danza, la sincronía, en ver cómo encuadrar todo lo que está sucediendo. A esto se le suma si hay instrumentos de viento, si hay fuego y malabares. Es un espacio culturalmente tan rico que reúne muchas artes en el mismo espacio. Por eso que nos parece más importante que hablar de los ingresos económicos es ver cómo se sostiene algo que le da una entidad cultural muy fuerte a un pueblo que tiene tres murgas muy buenas, muy aguerridas, con mucho tiempo de historia pero que además son lugares de perfeccionamiento”.
¿Qué significa que las tres murgas históricas hayan decidido no estar en el carnaval?
“El hecho de que las murgas históricas hayan determinado no estar en el carnaval habla de que este espacio tan rico está siendo abandonado. No por las murgas, porque nosotros vamos a seguir haciendo las cosas sino por un ente estatal. Yo estoy desde la gestación de La Diablada, en 2019 y cuando pensamos este espacio lo pensamos en función de la expresión artística porque surgió en el contexto de una Escuela de Arte y desde allí planteamos una estética, al artista que vamos a representar y homenajear. Las murgas tienen un espacio de creación muy fuerte y lo más relevante es que no solo se las está desfinanciado sino que es un ataque a la cultura”.
¿Cómo ve el futuro de las murgas?
“Yo creo que lo primero es la organización. Esto implica que haya un referente de cada una de las murgas pero también de las carrozas, de las máscaras sueltas, para conformar un colectivo que realmente pueda tomar decisiones con la gente que año tras año está haciendo el carnaval. Si podemos llegar a hacer esta asamblea, mantenerla durante todo el año las cosas van a ir cambiando porque se le plantearon muchas ideas al Municipio. Tenemos que definir que el carnaval sea del pueblo pero la organización colectiva nos va a ir dando las distintas maneras de relacionarnos con el Municipio, con el gobierno que sea, para ver qué se necesita para que cada vez funcione mejor”.