El biólogo y filósofo Nahuel Pallito conversó con Días de Areco sobre la necesidad de cambiar el modelo productivo y también el paradigma para interpretar el uso de las tecnologías en la producción, abandonando la idea del control para pasar a una instancia de prevención.

A lo largo de la entrevista, Pallito, que integra la Asamblea Socioambiental, analizó varios de los acontecimientos recientes que dañaron el medio ambiente y señaló que la explicación oficial ante estos hechos tiende a despolitizar el daño para no hacerse responsable del tema.

¿Qué análisis puede hacer de la situación socioambiental que vive actualmente San Antonio de Areco?

“Me interesa en esta conversación ofrecer algunas claves o de categorías para entender lo que nos está pasando de manera general y para eso es necesario puntualizar algunas problemáticas que vive San Antonio de Areco. Todas tienen que ver con el ambiente y con la salud pero además involucran distintos rubros, acciones y actividades. Sin embargo, creo que hay una lectura compartida y es justamente la que me gustaría pensar desde la filosofía, que es mi formación profesional, para arrojar un manto de sospecha sobre la prevalencia de una interpretación principal o hegemónica”.

¿Cómo es esa interpretación principal o hegemónica que menciona?

“Antes necesito relatar los hechos recientes pero de adelante hacia atrás. Primero debo mencionar el reclamo de los vecinos del barrio de los Horneros con la fábrica ExCor. Después recuerdo la fumigación en Duggan, que también afectó a varios vecinos y vecinas. Tenemos el estudio de la Universidad de San Martín que detectó la presencia de unos 25 plaguicidas en nuestro río. Recordemos que durante unas cuantas semanas el río estuvo cubierto de cianobacterias, las lentejas de agua y la mortandad de peces. Se podrían agregar algunos otros sucesos pero con este listado está bien como para señalar lo que quiero. ¿Qué se dijo de cada uno de estos casos? La interpretación que se hizo sobre la fumigación fue que se trató de una fumigación ilegal e irresponsable de un individuo que no actuó de acuerdo a las buenas prácticas agrícolas sin seguir lo que dice la ordenanza. En el caso de las cianobacterias se vinculó con una cuestión natural que proliferaron debido a la temperatura. Lo mismo dijeron con respecto a la proliferación de lentejas y de la mortandad de peces. Lo común en todas estas explicaciones es que no hay sistema, que no hay estructura social, ni matriz productiva, sino que son accidentes, excepciones o fenómenos naturales y eso es lo que se dice oficialmente respecto a estos temas. Esto tiene un nombre y se llama la despolitización del daño, que significa no reconocer que hay determinantes o causales sociales de esos daños ambientales”.

¿Cuál es su interpretación?

“La presencia de 25 agrotóxicos en el agua del río es un hecho disruptivo porque no hay ninguna explicación natural ni accidental para entender eso. No existe, por lo tanto te lleva a pensar en una interpretación diferente, que pide que se hagan los vínculos necesarios con la estructura social, con las actividades humanas y con la matriz productiva porque hay que reconocer dos cosas: una que esos agrotóxicos llegaron al agua porque hay muchas fumigaciones que no son controladas o bien la ordenanza no es suficiente para proteger los cuerpos de agua. Sumo un tercer punto, que es la mirada que tiene la Asamblea Socioambiental, que el modelo productivo es intrínsecamente dañino y no se trata de controlarlo ni de mejorar el texto de las ordenanzas. Despolitizar el daño significa que no nos estamos haciendo responsables de los problemas ambientales, sociales y sanitarios que sí tienen causas concretas como lo demuestran cada uno de estos ejemplos que estamos comentando”.

¿Cuál es su postura con respecto al uso de la tecnología en el modelo productivo imperante?

“Creo que lo que necesitamos es modificar el paradigma que estamos utilizando para pensar las cuestiones ambientales y sociales. Un paradigma es como una concepción totalizada de alguna cuestión y actualmente estamos interpretando las cuestiones socioambientales desde un paradigma del control pero a lo que tenemos que ir es a un paradigma de la prevención. No se trata de seguir desarrollando tecnologías que sean ultra peligrosas sino que se trata de evitar eso. Tenemos que cambiar la forma en que estamos generando tecnologías porque si no, pasa lo que pasa con la empresa ExCor en el barrio Los Horneros. El control de riesgos no es suficiente para el tipo de tecnologías que estamos desarrollando en la actualidad, por eso es necesario repensar los procesos tecnológicos”.

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