En otra entrevista a fondo con Días de Areco, el psiquiatra Luis Giménez volvió a plantear la necesidad de organizar un programa comunitario de prevención de los suicidios con la creación de un centro de atención de adolescentes.

Giménez, que durante varios años fue director de salud mental del hospital Pirovano, señaló que es posible implementar la experiencia realizada en la Ciudad de Buenos Aires con un trabajo en red, que incluye a la salud, la educación, a vecinos de los barrios y a los medios de comunicación con la puesta en marcha de talleres abiertos a la comunidad, de otros talleres específicos sobre salud mental y de talleres de arte para aprovechar la riqueza cultural de los artistas locales.

El doctor Giménez, que también fue director asociado del hospital Esteves de Lomas de Zamora, explicó que el programa se puede instrumentar en algunos de los CAPS ya existentes y que San Antonio de Areco cuenta con los recursos humanos y profesiones necesarios como para hacerlo efectivo.

¿Es posible elaborar y trabajar con un programa de prevención de suicidios?

“Uno de los objetivos de tener un plan de salud mental comunitario es poder trabajar en red, que todos los integrantes se puedan pasar información, contarnos nuestras experiencias y que esas experiencias se puedan replicar con los otros participantes del programa. Podemos trabajar en tres áreas para poner a funcionar un programa de prevención del suicidio que son la de salud, la educativa y el barrio”.

¿Cómo es la metodología a utilizar en cada una de esas áreas que usted propone?

“En el área de salud es prioritario la creación de un centro de atención de adolescentes, que sea especializado, que puede estar ubicado en uno de los CAPS ya existentes y que debe contar con un equipo de crisis para la atención de la adolescencia, una franja etaria que va desde los 13 hasta los 21 años que es la que está más en riesgo. Este equipo se puede armar con un psiquiatra, tres psicólogos y una trabajadora social. El recurso humano se consigue y la capacitación está al alcance de la mano como para poder llevar adelante este proyecto pero el tema es tomar la decisión para ejecutarlo. Esta es una propuesta transversal que nada tiene que ver con lo electoral ni con lo partidario sino que es una necesidad de la comunidad en general”.

¿Cómo se trabaja en los barrios con un programa preventivo como este?

“En los barrios se empieza a trabajar con la búsqueda de referentes barriales y se va tratando de instaurar la organización de espacios y de momentos de encuentro a partir de una determinada problemática que se va definiendo con la gente que ya conoce esos problemas de salud mental. El vecino ya conoce los problemas que tiene en el barrio pero el paso siguiente es organizarse con una metodología efectiva”.

¿Qué papel juega la educación?

“En educación hay que trabajar tanto con los docentes como con los alumnos. En Areco hay muchas iniciativas que surgen pero que después no tienen continuidad y que no se saben aprovechar y tomo como ejemplo las propuestas que los chicos hicieron en el Concejo Deliberante, en el Parlamento Juvenil, que fueron concretas e interesantes porque pidieron hacer talleres sobre el bullying y sobre salud mental. Ahora, lo que tenemos que encontrar es la forma para que los que los equipos docentes y directivos de los colegios puedan tomar esto que surge como un pedido de los chicos”.

¿Hay herramientas específicas para trabajar en esto?

“Sí, por supuesto. Una herramienta es el trabajo con los medios de comunicación no solo en lo que es sensibilización sino también invitando a la gente que se quiera involucrar en un programa de este tipo. Los medios de comunicación pueden ayudar o no ayudar porque hay recomendaciones de la UNICEF y de la Organización Mundial de la Salud sobre el papel de los medios de comunicación. Otro mecanismo de trabajo son los cursos abiertos a la comunidad porque pueden participar todas las personas de este programa de prevención de los suicidios, no importa el nivel de capacitación que tengan, sea primaria, secundaria, terciaria o universitaria. Lo importante es hablar sobre estos temas. Después están los talleres específicos de salud mental. Nosotros llegamos a tener 200 talleres en un barrio de Capital a través de un trabajo que hicimos con el hospital Pirovano. Claro que eso nos llevó años. También sabemos que San Antonio de Areco es una ciudad mucho más chica que un barrio de CABA, pero podemos empezar con uno o dos talleres y con el tiempo se puede llegar a 20 talleres de salud mental. No es una tarea de seis meses pero sí se puede hacer en dos o tres años y eso sería muy interesante porque siempre el primer paso es el más difícil, el que más cuenta y el que más se valora. Acá hay gente de gran calidad humana porque Areco tiene una tradición artística muy rica con el teatro, la música, la pintura, la literatura y una herramienta central para este programa de prevención son los talleres de arte. Hay que poner manos a la obra porque se puede trabajar en la prevención de los suicidios y las cosas se pueden concretar”.

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