En una entrevista a fondo con Días de Areco, Ariel Arellano analizó la política cultural y patrimonial que lleva adelante el gobierno de Francisco Ratto, a la que definió como conservadora, tradicionalista, mercantilista y no participativa.
Durante la conversación, Arellano señaló que hay un retiro del Estado de las políticas culturales y patrimoniales y las dejó en manos de los privados. Para explicar esto puso dos ejemplos: la demolición de viviendas del Casco Histórico y la usurpación de la estación de trenes.
¿Cómo definiría la política cultural y patrimonial que lleva adelante el gobierno de Francisco Ratto?
“La realidad es que cuando se retira el Estado surgen los movimientos sociales y eso es lo que estamos viendo en San Antonio de Areco con este modelo de gestión cultural y patrimonial. Hablo de movimientos sociales organizados que en algunos casos ya vienen trabajando desde hace tiempo. La política patrimonial de Francisco Ratto se ha quedado en el tiempo atada al paradigma del tradicionalismo aunque aquí no hablo de la Fiesta de la Tradición sino de una mirada conservadora que determina que solo sirve una única expresión de la cultura patrimonial y el resto queda afuera. El otro problema es que a la par establece categorías, como jerarquización de la cultura, y entonces hay culturas más importantes y culturas menos relevantes con lo que está diciendo que hay personas que son menos importantes que otras”.
¿Qué consecuencias tiene esta política?
“Esto hace que el Estado se retire o que solo preserve las cosas que le interesan dentro del patrimonio cultural pero también deja liberado al mercantilismo y al sector privado y esto lo vemos en las tantas construcciones que hay, con la demolición de casas céntricas para crear bloques de departamentos en pleno Casco Histórico. Pero como tampoco al Estado le interesa preservar tantas cosas deja todo en manos del sector privado. Es el modelo de una clase social con una política muy exitosa que se replica en muchas instituciones de la sociedad. Esto pasa desde el 2019, desde el primer día que Ratto llegó al Municipio”.
¿Hay una política patrimonial y cultural oficial solo pensada para el turista que nos visita los fines de semana?
“Hay varios puntos que este gobierno no tiene en cuenta. El primero es el medio ambiente porque si vos no tenés un ambiente sano no te podes desarrollar culturalmente. Otro es la infraestructura y el ejemplo es como están las calles. Todo es parte de esta política patrimonial porque articula con otras políticas para que sea participativa. Ahí vemos específicamente la política cultural que debe ser para los vecinos, para las personas que habitan San Antonio de Areco y no para los de afuera. Acá no hay que hacer diferencias y se deben crear los espacios culturales que además deben ser accesibles. Recién después hay que trabajar para el turismo pero una vez que desde la política patrimonial hayamos creado un entorno sano para el vecino”.
¿Cómo ve el futuro si Ratto es reelecto para gobernar hasta 2027?
“Ratto tiene un política cultural mercantilista, tradicionalista y alejada de un paradigma participativo. Esto lo vino desarrollando desde 2019 y no lo va a cambiar. Debemos tener en claro esto cuando hablamos de políticas patrimoniales que cuando está presente el Estado son participativas y tenemos dos ejemplos históricos: Tito Domínguez y Paco Durañona. En ellos vas a encontrar un gran parecido más allá de que pertenecen a distintas épocas, incluso son de siglos diferentes y contaron con distintas herramientas para la gestión. Todo esto es lo contrario a lo que ocurre hoy y si Ratto vuelva a ganar va a ser peor porque va a seguir con esta política y la degradación patrimonial y cultural va a ser mayor. Tomo un caso que es lo que vemos en la estación de trenes, que es un monumento nacional que tiene que estar abierto como un centro cultural como fue hasta 2019 y no un lugar para personas con una necesidad imperiosa porque no tienen donde vivir. Lo que Ratto consigue con eso es que esas personas confronten y se enfrenten contra otras personas”.