Ayer, ante cerca de 500 espectadores, Huracán le ganó 3 a 2 a San Patricio y se quedó con una nueva edición del clásico contemporáneo del fútbol local.

Con esta victoria, el Globito suma 21 puntos, comparte con Capilla el segundo lugar en las posiciones y prácticamente tiene asegurado un pasaje para la próxima ronda del Torneo Apertura. En cambio San Patricio, en un hecho inédito en su historia, cayó por quinta vez consecutiva y sus 12 unidades son tan escasas que solo un verdadero milagro le daría la posibilidad de acceder a la siguiente fase del certamen.

Los 90 minutos de este domingo gris fueron intensos, cambiantes en su desarrollo, vibrantes y dejaron expuesta la alta rivalidad que existe desde hace más de una década entre estos dos clubes que principalmente representan el sentir de gran parte de las clases medias de nuestra ciudad.

Hubo pasajes de la tarde donde San Patricio jugó mejor porque “la vieja guardia”, esa selecta nómina que integran César Núñez, Federico Menconi, Matías Pigretti, Juan Lofredo, Emanuel López y Segundo Ovando, puso la cara para sostener a un equipo que viene de capa muy caída y para acompañar a Juan Bolea que volcó sobre la cancha el virtuosismo de su pie derecho.

A los 12 minutos de la primera etapa, Lofredo empujó al gol un cabezazo de Núñez, que es un verdadero especialista para pescar rebotes cerca del arco rival y a los 44’ de ese mismo periodo, Menconi ingresó al área del frigorífico y lo detuvieron con un penal que Pigretti convirtió con certeza y frialdad para establecer el 2 a 1 parcial.

El cuadro que dirige Germán Mangieri también supo absorber el empate de Huracán, que llegó a los 28’ cuando Diego Arce convirtió un penal dudoso que trajo aparejada la expulsión del reaparecido Martín Gignat que se excedió en la protesta. Ante esa circunstancia adversa, el Trébol rearmó la defensa con el ingreso de Pedro Cóncaro (que sustituyó a Lofredo), siguió equilibrando la lucha en el mediocampo con el acople del zurdo Federico De Rosa al buen trabajo del resto de los volantes y Ovando continuó preocupando a los zagueros rojinegros con sus diagonales.

El elenco de la Plaza Gómez también tuvo sus buenos momentos y le agregó al cotejo su aporte de vivacidad, sobre todo en el complemento, tramo donde la contienda alcanzó su mayor grado de emoción.

Juan Rivero supo cómo utilizar sus cartas cuando la mano venía cambiada para el Globo porque debió reemplazar a un símbolo de este plantel como indiscutiblemente lo es Nicolás De Felice y perdiendo 2 a 1 recurrió al juvenil Nicolás Mendizábal, que se plantó sin complejos en el círculo central ante rivales muy jerarquizados y sobre todo mucho más experimentados. Luego tuvo que asimilar la expulsión de Arce, que es importante por su olfato goleador pero además por el esfuerzo generoso que aporta para darle una mano a sus compañeros de la zona media y en los minutos finales apostó a la potencia del mercedino Marcos Camargo que clavó el tanto del triunfo en el último suspiro de la jornada que hizo rugir el festejo de la multitud que se cobijó en las pequeñas tribunas que dan espaldas a la calle Pellegrini.

Pero Huracán colocó otros argumentos futbolísticos sobre el tapete como para justificar los méritos que avalan la agónica victoria: la jerarquía de Ramón Basombrío en la cueva, la dinámica de Facundo Filipelli en la posición que mejor domina como es la de volante por derecha, algunos chispazos talentosos de Tomás Risso, el revulsivo anímico que una vez más fue el ingreso de Silverio Antinone, las permanentes proyecciones por el lateral izquierdo de un cada vez más consolidado Marcos Jové, las atajadas de Brian Rivello, que fue la figura máxima de su rival, y la clase de Pedro Basombrio, sin dudas un jugador diferente, que ha recuperado la confianza en su capacidad creativa, que fue el autor del 2 a 2 y el protagonista estelar de la fulminante maniobra que concluyó en el triunfo de los leones de la Plaza Gómez que ayer a la tarde dejaron la sensación de que volvieron a templar su espíritu combativo y ganador como en el inolvidable agosto de 2021.

Huracán: Juan Cicarella (6); Felipe Novillo (5) (sustituido por Marcos Camargo), Ramón Basombrío (7), Ismael Gaona (6) y Marcos Jové (7); Facundo Filipelli (6), Nicolás De Felice (5) (reemplazado por Nicolás Mendizábal 6), Lautaro Etcheverry (5) (luego Silverio Antinone 6) y Pedro Basombrío (8); Diego Arce (6) y Tomás Risso (6). DT: Juan Rivero.

San Patricio: Brian Rivello (8); Emanuel López (7), Marcos Gaute (5) (más tarde Juan Pablo Maggio), César Núñez (6) y Martín Gignat (6); Matías Pigretti (7), Federico Menconi (6), Federico De Rosa (6) (reemplazado por Lorenzo Vidal)  y Juan Bolea (7); Segundo Ovando (6) (luego Diego Pollier) y Juan Lofredo (6) (después Pedro Cóncaro 5). DT: Germán Mangieri.

Goles: 12’ Lofredo (SA), 28’ Arce (H) de penal, 44’ Pigretti (SP) de penal, 80’ Pedro Basombrio (H) y 89’ Camargo (H).

Expulsados: 28’ Gignat (SP), 53’ Arce (H) y 90’ Pollier (SP).

Público: 500 personas.

La Figura: Pedro Basombrio (8) de Huracán.

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