No es algo habitual que San Patricio quede eliminado en la primera epata de un torneo local porque este hecho encuentra pocos antecedentes históricos ya que el equipo del Trébol solamente no clasificó en 1988, 2001 y en el Apertura 2004.
En este certamen que todavía está en marcha, el elenco que dirige Germán Mangieri ganó 5 partidos, empató 3 y perdió 5, con una racha negativa de 7 partidos al hilo sin conocer la victoria y con 5 derrotas consecutivas que hirieron seriamente sus chances de clasificación.
Las ausencias permanentes de jugadores importantes son la razón central que explican esta pobre campaña de San Patricio porque en un repaso a fondo vamos a encontrar que Nicanor Basavilbaso, Agustín De Rosa y Rodrigo Gómez no jugaron ni un solo minuto en lo que va de la temporada, que Federico Menconi, Segundo Ovando y César Núñez recién se están recuperando a pleno de sus lesiones que los alejaron por mucho tiempo de las canchas, que Manuel Blanco, Álvaro Gómez, Martín Gignat, Tobías Lercaro y Brian Wilson faltaron a unos cuantos partidos, todas bajas notorias que sin dudas resintieron el potencial de un plantel rico pero no inagotable.
El cuadro verde amarillo se mantuvo en pie con las atajadas de Brian Rivello, con las gambetas de Juan Bolea, con el oficio de Emanuel López (que en varios cotejos actuó como marcador central), con el tranco largo de Lorenzo Vidal para transitar la zona media, con el aporte de varios juveniles que recién asoman entre los mayores como el zurdo Federico De Rosa, Gerónimo Chanvillard y Mateo Alonso, con el esfuerzo de Juan Pablo Maggio, Joaquín Bolea, Pedro Cóncaro y del reaparecido Marcos Gaute, pero sobre todo con la jerarquía de Matías Pigretti que se calzó la cinta de capitán, asumió el liderazgo y jugó en gran forma pero estos argumentos no fueron suficientes como para mantener el funcionamiento colectivo ni para sumar los puntos necesarios como para pasar de ronda.