Después de un comienzo con dudas, San Antonio se afirmó a partir de la quinta fecha cuando empató 0 a 0 en su visita a San Carlos. En ese momento dio la sensación que Enzo Canali había encontrado el mejor funcionamiento para un cuadro utilitario, duro, muy rendidor, y protagonizó un racha de buenos resultados que le permitió llegar a 20 puntos y clasificar para los cuartos de final dos jornadas antes del cierre de la primera ronda.
En ese lapso el equipo albiceleste le ganó 2 a 1 a Robles en su complicada cancha de la ruta 8, venció 2 a 0 a Huracán con una actuación más que convincente, superó a Los 14 (2 a 1 en Capitán Sarmiento), a Cucullú y a Villa Manchi en el Parque Municipal de San Andrés de Giles.
Pero cuando parecía que el rendimiento del elenco de la avenida Güiraldes se había estabilizado, repentinamente entró en un pronunciado bajón futbolístico y solo acumuló derrotas en sus últimas cuatro presentaciones y quedó eliminado de la primera competencia de la temporada.
San Antonio armó un plantel con muchos hombres de experiencia (José Romero, Leandro Camino, Jorge Chara, Ezequiel Encina, Jorge Galeano, Francisco Simionato, Pedro y Leonardo Cairo) matizado con algunos jugadores del club como Juan Oscariz, Brian Gutiérrez, Cristian Ocaranza y Luis Ramírez, que ofreció chispazos de su clase hasta que se lesionó seriamente ante Independiente y se quedó afuera en el tramo postrero del torneo.
Lo más positivo de este pasaje por el Apertura 2023 es la consolidación en Primera División de los dos hermanos Quiroga. Alexis, que regreso de su paso por River Plate, mostró su facilidad para adaptarse a varias posiciones y Gonzalo, que trabajó muy bien, con mucha dinámica para recorrer el callejón del viejo número 8.