El médico psiquiatra Luis Giménez habló con Días de Areco sobre factores protectores y los mecanismos existentes para trabajar en una buena nutrición mental tanto en el plano individual como en el aspecto social.

A lo largo de la entrevista, el especialista en salud pública manifestó que hay que apuntar a incluir a los adolescentes para que se sientan parte de la comunidad conectando los puntos de su identidad personal con la historia de la comunidad donde viven.

El mensaje que dejó Giménez en la charla es que existen salidas a estas situaciones traumáticas y de violencia que sufre la comunidad del Siglo XXI a las cuales San Antonio de Areco no está ajeno.

¿Podemos analizar lo que ocurre en San Antonio de Areco desde el punto de vista de la salud mental?

“Quiero tratar de hacer un aporte para ayudar a la comprensión sobre qué es lo que está pasando en San Antonio de Areco, en Argentina y en el mundo porque se puede ver cómo la globalización influye en la vida de esta localidad. En lo particular de acá, alarma y preocupa mucho esta sucesión de muertes trágicas, traumáticas, de femicidios y de suicidios, lamentablemente. Esto lo relacionamos con situaciones individuales derivadas de determinadas patologías o enfermedades psiquiátricas pero también tenemos que ver el contexto social, cultural y económico donde estos sucesos ocurren. Es decir que hay un contexto traumático que se va acumulando en la estructura psíquica y mental de cada uno de nosotros. Son cadenas traumáticas que producen un deterioro en la trama psíquica que se vuelve frágil y más vulnerable que afecta a una comunidad que va sufriendo de la misma manera y se ve un deterioro del tejido social”.

Desde hace un año nuestra comunidad se ve conmovida por una cadena de muertes traumáticas…

“En este tipo de comportamientos violentos o agresivos podemos ver dos tipos de manifestaciones distintas. Uno es hacia afuera o sea la heteroagresividad, hacia las personas, que es lo que se ve en los femicidios y el otro es hacia adentro, con uno mismo, hacernos daño hasta el extremo de perder la vida. La autoagresividad se ve cuando la persona está viviendo una situación sumamente delicada, con un sufrimiento muy doloroso que no puede soportar”.

¿Hay maneras de trabajar sobre una buena salud mental tanto en lo individual como en lo comunitario?

“En salud mental hablamos de factores de riesgo que son conocidos y es por eso que me interesa hablar de los factores protectores, porque hay manera, programas para llevar adelante para promover conductas individuales y colectivas para promover un marco social y cultural más protector. Nosotros debemos ir pensando en el Areco del Siglo XXI y en cuáles son las características de las comunidades actuales. Es allí donde vemos que las depresiones pasaron a ser el principal problema de salud pública en el mundo. Además hay otros problemas entre los adolescentes, con cifras que nos alarman, porque los suicidios y las causas violentas son los dos principales motivos de muerte entre el grupo etario que va desde los 14 hasta los 29 años”.

¿Cómo se puede trabajar con estos factores protectores que usted nombra?

“Creo que se puede trabajar para ir mejorando esta situación de vulnerabilidad de nuestra adolescencia, que es una etapa de cambio, fomentando factores protectores en una comunidad más sana e inclusiva porque muchas veces los chicos y chicas no se sienten incluidos, más aún en situaciones sociales violentas que implican un no reconocimiento del otro sin pensarlo como un igual que tiene los mismos derechos. Hay muchos sectores sociales que se sienten como no incluidos. Es decir que hay una exclusión de un grupo etario muy sensible a sus propios cambios y a las dificultades que producen la inequidad y las injusticias. Esto lo sabemos porque los adolescentes así lo transmiten. Por eso es importante el arraigo, crear las condiciones culturales y psicológicas para que la persona se sienta parte de algo”.

¿Qué dispositivos hay disponibles para esta tarea?

“Debemos armar dispositivos a los que llamaría de una buena nutrición en salud mental porque así como un cuerpo y un cerebro necesitan proteínas para desarrollarse, un adolescente también necesita de una buena nutrición para desarrollar una buena personalidad. En esto tenemos que tener en cuenta dos o tres ejes pero quiero enfatizar en la cuestión de la memoria y la historia porque los puntos que le fueron dando una identidad, una identificación a una persona son muy importantes. Eso está muchas veces en crisis en un adolescente porque se va planteando cambios y dificultades en donde hay que trabajar sobre esos puntos identitarios de su memoria y de la historia para ir construyendo su personalidad. Lo mismo es fundamental conocer la historia de la comunidad donde uno se va desarrollando para ir logrando puntos de identificación en una cultura que nos fue dando una cierta forma de ser, de pensar, de tener valores. Si logramos conectar esos puntos en lo individual y personal con la historia de la comunidad podemos lograr un ensamble, una concordancia para conseguir una buena nutrición psicológica”.

¿Qué papel juega en esto el contexto social?

“En un contexto social violento, cargado de mensajes violentos, hace que personas vulnerables se sientan inestables y pueden desencadenar en muertes trágicas, traumáticas. Por lo tanto si vemos que hay factores de riegos individuales y también sociales pero que existen protectores con dispositivos para trabajar para cuidar la salud mental y para generar una comunidad con un desarrollo humano más sano. Lo importante es plantear que hay salidas con programas preventivos mediante un trabajo comunitario con aportes de diferentes sectores sociales”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *