El taller literario La Jarana, que coordinan Pipi Vergara del Pozo y Majo Migliore, despidió anoche su ciclo 2023 con un encuentro de lecturas de textos de autoría de sus integrantes.
“El Jolgorio”, como nombraron al evento, tuvo relatos, crónicas y poesías a cargo de, entre otros, Florencia Mendizábal, Chiche Alonso, Delfi Saraví, Lola Vergara del Pozo, el Chino Juan Barro, Fernando Blanco, Eugenia Mercante, Any Tambutti y Nele Falivene.
Las lecturas de anoche estuvieron divididos en cuatro ejes temáticos: el pueblo, encuentros, jaranas y manifiestos. “Los textos fueron seleccionados por los y las participantes. No solo cada uno elegía su texto, sino que tenía ayuda de los otros. Después con Pipi armamos como una constelación de los textos y buscamos cuáles eran los puntos en común. Así surgieron esos cuatro ejes temáticos”, explicó Migliore.
Entre los textos producto de La Jarana que se leyeron anoche hubo reflexiones sobre historias familiares e inmigración de la mano de Eugenia Mercante, un delirante génesis de San Antonio de Areco interpretado por el Chino Barro, un cuento de horror de Any Tambutti, otro protagonizado por un trabajador de peaje que intenta volver al pueblo en medio de la final de la Copa del Mundo, de autoría de Marcelo Ruso, y poesía con elementos más políticos y reflexiones sobre el arte, el cuerpo y la cultura a cargo de Nele Falivene y Maru Betania.
“Fue muy lindo ver la atención que había ante textos larguísimos, de cuatro páginas. Teníamos miedo qué iba a pasar con eso, pero se mantuvieron el clima y la atención durante todo el encuentro. Eso nos sorprendió para bien y fue muy lindo”, celebró Migliore.
La Jarana ya piensa en el 2023: “para el año que está por arrancar proyectamos ordenarnos, armar un programa para todo el año. Muchas veces vamos improvisando y eso está muy bueno, pero también queremos planificar. Es complejo porque siempre se va incorporando gente y tal vez hay conceptos básicos que tenemos que repetir, pero la idea es armar un programa anual, algo que en estos dos años de taller no hicimos”.
Un espacio más que interesante, que ha ido creciendo desde sus inicios en 2020 y que fortalece la escritura local. Cada uno de los textos que se leyeron anoche tenía la impronta de nuestra ciudad, no solo porque se trataba de autores arequeros, sino también porque prácticamente todos incorporaban elementos de Areco: se preguntaban por nuestras costumbres, abordaban las vidas reales o imaginarias de personajes arequeros, buscaban reconstruir la propia identidad.
Seguramente, en el 2023 que está a punto de comenzar, La Jarana seguirá produciendo ricos encuentros y propuestas para el circuito cultural local.