El sábado por la noche, Chaco Boreal colmó el Galpón Chamico para un show especial que reunió su música en vivo, obras del artista plástico Néstor Mahmud y la presentación de DJ Toro de la localidad de Mercedes. La banda que encabeza Isaías Maiola presentó su particular fusión de electrónica, folklore y aires latinoamericanos que reúne samples e instrumentos en vivo.
Con el mismo Maiola y Rochi Gasparini en vientos, Néstor Mahmud y Lucho Scarano en percusión y Manu Monserrat en bajo, Chaco Boreal hizo bailar a las casi 200 personas que pasaron por el Chamico para disfrutar de la noche.
Chaco Boreal se consolida como una de las bandas locales más interesantes en surgir en los últimos tiempos y el show del sábado demostró que en poco más de un año ha logrado no solo consolidar un sonido propio y muy característico, sino también amasar un público fiel que sigue todos sus shows.
Una banda que puede hacer bailar a cualquiera, Chaco Boreal demuestra que no hay límites a la hora de jugar con la creación musical, que se puede partir de una base o un aire folclórico y transformarlo y que las canciones destinadas a crear un clima de disfrute no tienen que necesariamente ser vacías de contenido.
El del sábado en el Chamico fue un espectáculo con un concepto claro: celebrar la riqueza de la cultura de nuestro pueblo y demostrar una vez más que el mestizaje es posible y merece celebrarse. La puesta de los cuadros de Mahmud, nuevamente haciendo las veces de decoración del galpón, sumado a la participación de DJ Toro mezclando en vivo y el escenario especialmente montado para Chaco con luces y plantas permitieron ir por ese objetivo y reafirmar la identidad de la banda.
Ante eso, una importante respuesta del público, de todas las edades pero con especial presencia de jóvenes y claramente deseoso de propuestas culturales innovadoras.
A partir de su gestación de mano de las inquietudes musicales de Maiola, Cacho Boreal ha ido creciendo y fortaleciéndose con el aporte del resto de sus integrantes, todos ellos músicos talentosos pero también estudiosos de sus instrumentos y cultores de la hibridación. De a poco se hace un lugar en la escena cultural de Areco, Capital y la zona y es mucho lo que promete para seguir jugando con el sonido y generando música para el disfrute y el encuentro.