En vísperas del comienzo del Torneo de Verano, lo que será el arranque de la temporada 2023, es un momento oportuno para hacer un repaso por un capítulo de la historia de esta competencia nocturna que tiene una rica tradición entre nuestro fútbol.
En pleno pico de hiperinflación y con Adolfo Maggio como Presidente de la Liga Deportiva, Huracán fue la sensación del Campeonato de Verano de 1990.

Por serios problemas económicos y razones deportivas, el club de la Plaza Gómez se había alejado del fútbol oficial a finales de 1986 y en esa competencia nocturna decidió su regreso a toda orquesta porque ese equipo que dirigió Carlos Menconi, con la colaboración de Ricardo Cobo y Daniel Parodi, realizó una gran campaña y convocó a verdaderas multitudes que lo fueron a ver a la vieja Cancha Fitte.

En su recorrido por el certamen, que se disputó por el sistema de cinco puntos perdidos, enfrentó a Central Bs. As. de Zarate, derrotó dos veces a Rivadavia en partidos disputados ante una enorme cantidad de público, venció a Ferroviarios de Zárate y Video Club de Mercedes, cuadro conformado por jugadores del prestigioso Club Mercedes. Sorpresivamente cayó ante La Loma y perdió en la final 1 a 0 ante San Antonio, con gol de Sergio Di Santo, pero esa derrota no empaña tan grato recuerdo para todos los memoriosos del fútbol doméstico.

Integraron aquel plantel del Globito: Juan D’Ambrosio, Gabriel Russell, Gustavo Blanco, Ernesto D’Ambrosio (todos ellos llegaron desde River Plate), Adrián Godoy, Fabián Rodríguez, Mariano Sills (provenientes de San Patricio), Juan Carlos Ocampo (de Rivadavia), Juan Di Carlo (de Progreso de Villa Lía), Carlos Wutrich (de Vilaltella y Valls), Enrique Ramírez, Sabalza, Marcelo Sabatini, César Cabrera, Enzo Páez, Juan Carlos Ávalos, Sergio Ceriani, Pipi Galarza, Fabián Simón, Pablo Romero y Julio Basualdo.

Luego, Huracán no pudo repetir esa buena actuación en el Torneo Oficial, donde solo sumó 12 unidades y quedó lejos de la clasificación, pero su fulminante reaparición en ese torneo nocturno de verano de 1990 fue una inyección de entusiasmo para sus hinchas y dejó una marca imborrable para todo el pueblo futbolero.

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