Como ocurre desde que Francisco Ratto está al frente de la Intendencia, en 2022 los salarios de los trabajadores municipales volvieron a perder con respecto a la inflación.

Según datos del INDEC, el año pasado cerró con un índice anual de inflación del 94,5% y el aumento del sueldo básico de los municipales fue del 55% nominal y de un 67% acumulado, ya que las subas se fueron dando de manera escalonada. Por la tanto la caída fue del 27,5%.

Esta política de recorte permanente de la inversión pública que ejecuta a rajatabla la versión local del macrismo  también afecta a los jubilados del Municipio, porque el IPS calcula sus haberes de acuerdo al sueldo básico que cobraban cuando eran activos.

Además, Ratto aumentó la cantidad de empleados del Municipio, ya que en 2019 la nómina total era de 1233 agentes (incluyendo a funcionarios, médicos y docentes, en algunos casos subvencionados por la provincia de Buenos Aires) y según el Presupuesto 2023 recientemente aprobado ese número se estiró a 1390, o sea que hay 150 empleados municipales más que hace 3 años atrás. En tiempos de la campaña pre-electoral, el actual oficialismo postulaba que los municipales cobraban poco porque eran muchos. Hoy son unos cuantos más y cobran bastante menos que en aquel entonces porque los salarios básicos que paga San Antonio de Areco están entre los más bajos de toda la provincia.

¿Cómo se compensa esta caída constante del salario básico? Con bonificaciones, horas extras (que son una atribución voluntaria del Intendente) y con algunas categorías y pases a planta permanente que el Ejecutivo negocia con los gremios, sobre todo UPCN y el Sindicato de Trabajadores Municipales que acompañan al pie de la letra la política salarial restrictiva que aplica el gobierno y que endeudan con préstamos a sus afiliados hasta dejarlos cautivos. Esto genera una marcada desigualdad entre los trabajadores que rompe con una máxima en el mundo laboral: por igual trabajo igual remuneración.

En este panorama, el empleo en la Municipalidad se convirtió en “una changa en blanco” (porque cuentan con cobertura médica vía  IOMA y aportes jubilatorios) que sirve para tirar durante los primeros días del mes y prácticamente todos los municipales tienen otro trabajo para mejorar sus alicaídos ingresos que permanentemente van perdiendo poder de compra.

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