Hace un año que la justicia le ordenó al Municipio devolver el edificio de la Escuela de Arte Gustavo Chertudi en lo que fue el punto final de una larga lucha que emprendió la comunidad de la institución.

Sobre esa fecha y sobre el conflicto, Días de Areco conversó con el docente Ezequiel Tapia que analizó los hechos con profundidad, pensando en el pasado, en el presente y en el futuro de la Escuela de Arte.

El viernes pasado, 16 de diciembre, se cumplió un año que pudieron volver al edificio de la calle Lavalle después de un conflicto muy largo planteado por el gobierno municipal…

“Hace unos días recordábamos la fecha de recuperación del edificio, que fue el 16 de diciembre de 2021. Recordamos muchas cosas porque pasó de todo en ese tiempo de lucha. Una de las cosas más positivas fue el trabajo colectivo de la comunidad educativa y con los vecinos. En todo este ciclo lectivo 2022, donde nos reencontramos con el edificio, pudimos reactivar la vida de la institución con esa misma fórmula, trabajando todos juntos. Creo, que haciendo un balance, eso es lo más positivo pero todavía necesitamos sumar más fuerza para rearmar y terminar de levanta a la Escuela de Arte”.

¿Qué cosas les faltan hacer todavía?

“Porque en un año hicimos mucho y se vio una escuela muy activa, con muchos proyectos pero aún nos falta mucho por hacer. Por ejemplo que las autoridades municipales reparen el daño material que se causó dentro de la institución pero todavía no hemos recibido ni siquiera una comunicación de parte del Ejecutivo actual. Una de las cosas que estableció el fallo de la justicia era que el edificio se devolviera en el mismo estado que se lo recibió y no fue así más allá de que el agente de justicia fue y revisó todo. Hoy necesitamos muchas cosas: reparación de instrumentos, mobiliarios, pintura y con nada de eso se cumplió. Lo único que pudimos hacer en 2022 fue gracias al esfuerzo de la cooperadora y con un subsidio que nos entregó el Senador Durañona nos vamos a equipar con computadoras nuevas”.

Una vez terminado el conflicto, están haciendo un esfuerzo colectivo muy grande por restablecer el vínculo con la sociedad de San Antonio de Areco…

“Quiero expresar que también nos falta el acompañamiento de las autoridades provinciales porque no solamente son cuestiones materiales sino que entran en juego cuestiones simbólicas, emocionales y sentimentales. Nosotros necesitamos restablecer vínculos con toda la comunidad, tener otra llegada a través de la promoción y la difusión de la escuela. La Escuela de Arte sola no puede porque lo que se lesionó no fue solo un edificio, también se lesionó el vínculo con la sociedad donde está insertada la escuela. Se lesionó la confianza entre los que quieren estudiar hoy en la Chertudi. Igual nos fue muy bien en 2022 porque la inscripción de alumnos creció por lo tanto ingresó mucha gente y la escuela se amplió en toda la región, pero aun así necesitamos un acompañamiento mayor y más decidido de la Dirección Artística de la Provincia de Buenos Aires”.

Este año pudieron hacer la entrega de diplomas a los egresados de la Chertudi en el patio delantero de la escuela…

“Una cosa que me puso muy feliz fue ver la emoción de los alumnos que egresaron este año porque pudieron tener su fiesta en el edificio. Esa noche nos acompañaron muchas familias y volver a estar en el patio de la escuela despidiendo a futuros profesionales, técnicos y docentes fue algo emocionante. La Escuela de Arte ese eso, es formadora y genera puestos de trabajo para muchas personas. Eso también fue lo que defendimos durante el conflicto”.

La mayoría de los integrantes de lo que podemos llamar el colectivo cultural de San Antonio de Areco acompañó la lucha de la Chertudi para recuperar su edificio. Hubo varias movilizaciones, algunas de ellas muy masivas y también surgieron las peñas emergentes…

“En ese momento lo que pasó a nivel cultural fue como una cadena de acontecimientos porque el Estado no activaba la cultura y se juntó con lo que pasó con la Escuela de Arte. Por eso digo que fue como una seguidilla de hechos contra el arte que por suerte siempre tiene herramientas para poder hacer frente a estas batallas. La movilización que se hizo al Concejo Deliberante fue cuando se trató la baja del comodato y fue parte de una lucha que tuvo una faceta judicial donde nos tocó un juez que desde el primer momento tuvo en claro el marco de ilegalidad y de inconstitucional en el que se manejó el Municipio, que apuntó a romper esa confianza que se estableció al principio de la pandemia. Fue un proceso largo, con muchas instancias en el juzgado, en la Cámara y recién en noviembre de 2021 llegó el fallo de la Corte Suprema que ordenó que nos devolvieran el edificio”.

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