Ayer, Rivadavia le ganó 1 a 0 a Unidos en el encuentro que cerró la cuarta fecha del Torneo Clausura 2022.

El equipo de Diego Menconi consiguió una victoria ajustada pero muy valiosa pensando en el futuro porque lo coloca en el tercer lugar de la tabla de posiciones y a un solo punto de distancia de San Patricio, que con 10 unidades escolta al único líder, Huracán, que suma 12.

El partido fue duro, por momentos durísimo, muy trabado, turbulento, áspero, menos que discreto porque no hubo espacios para jugar ni tiempo para pensar, con la pelota casi siempre dividida, flotando en el aire, con una media cancha superpoblada y con pocas individualidades que pudieran romper el formato de una lucha intensa y enredada.

Unidos expuso lo que puede ofrecer en este presente: ritmo, esfuerzo físico, empuje, fervor para correr los noventa minutos sin pausas y bastante orden colectivo, rubro en el que ha progresado desde la llegada de Miguel Ángel López a la conducción técnica. Tal vez no sean muchos sus argumentos futbolísticos, pero por ahora le alcanza para complicarle la vida a todos los rivales que se le ponen enfrente. Además, mostró algunas actuaciones interesantes: el zaguero Cristián Cejas, veloz y decidido, el pujante José Aquino, que en tiempo de descuento obligó a una enorme atajada de Ramiro Ciaffardini para evitar el empate, la vitalidad de Martín Córdoba para combatir en el círculo central, las gambetas del Cuca Díaz, que recostado sobre la derecha le dio trabajo a los defensores panzanegra y los arranques punzantes de Fernando Silva, que estuvo cerca del gol en un par de ocasiones.

Rivadavia entró en ese terreno de la fricción, del encontronazo, del tránsito sucio de la pelota que le propuso su adversario. Con muchos juveniles en la formación inicial (Benjamín Cairo, Tomás Martínez, Genaro Ríos y Rodrigo Leguizamón) al equipo de la avenida Vieytes le costó armar la maniobra, organizar la salida limpia y más aún fabricar situaciones de peligro para el buen arquero Heber Martínez.

El 0 a 0 del primer tiempo no admitió mayores discusiones porque el juego fue un nudo grandote que nadie puedo desatar, más allá de la seguridad de Román Sánchez, ubicado en la posición que mejor rinde, como marcador central que sale a tomar al 9 rival, de la experiencia de Nicolás De Renzo para forcejear en el medio, del alguna corrida por izquierda del fogoso Valentín Griguelo y de las contadas apariciones de Joaquín Hernández, que quedó atrapado en una maraña de piernas, propias y extrañas.

El ingreso de Matías Oyanguren (por Leguizamón) fue clave para inclinar la balanza en favor de conjunto panzanegra porque se ubicó a la izquierda de De Renzo y administró con claridad cada pelota que tuvo en sus pies. Hubo un pasaje de la contienda, los 10 o 15 minutos iniciales del complemento, donde pareció que Rivadavia encontraba la mejor fórmula para encauzar el rumbo del partido: los pelotazos de Oyanguren para Griguelo y Martínez, que ocupaban bien las bandas y sorprendían a los defensores de la calle Sarmiento o el intentó del mismo Oyanguren de juntarse con Hernández en el toque más corto. Pero fue un ratito nada más y después todo volvió “a la normalidad” de los choques, de los bochazos altos, de las trabadas, de los centros y las cargas contra el área.

De todas maneras, a los 21’ de esa segunda mitad, Hernández ejecutó con su clase habitual un tiro libre desde la derecha y Oyanguren marcó el 1 a 0 con un cabezazo esquinado.

De allí hasta el final Unidos nunca bajó los brazos. Aquino salió de la cueva y se fue a apretar más arriba. El Cuca Díaz hizo valer su habilidad de su botín zurdo. Córdoba siguió corriendo como si tuviera tres pulmones. Cejas se quedó casi como único recurso defensivo, aguantando en el fondo los intentos de contragolpe, que sin éxito, pretendió hilvanar el solitario Hernández porque Rivadavia se fue encerrando cada vez más atrás apoyado en el oficio de Juan Menconi para cubrir espaldas y en el sacrificio de todos para aguantar el triunfo que estuvo pendiendo de un hilo en dos oportunidades, cuando Silva remató desviado desde una posición favorable más la ya relatada atajada de Ciaffardini ante el cabezazo de Aquino.

Rivadavia: Ramiro Ciaffardini (6); Benjamín Cairo (5), Juan Francisco Menconi (7), Román Sánchez (7) y Simón Agostino (5); Tomás Martínez (6), Nicolás De Renzo (6), Valentín Griguelo (6) y Joaquín Hernández (6); Rodrigo Leguizamón (5) (reemplazado por Matías Oyanguren 7) y Genaro Rios (5). DT: Diego Menconi.

Unidos: Heber Martínez (6); José Salaverry (5), Cristian Cejas (7), José Aquino (7) y Luciano Aragone (6); José Otazo (5), Martín Córdoba (6), Nahuel Cicarelli (5) y Adrián Cufré (6); Cuca Díaz (6) y Fernando Silva (6). DT: Miguel Ángel López.

Gol: 66’ Oyanguren (R).

Juez: Luis Flores.

Público: 250 personas.

La figura: Matías Oyanguren (7) de Rivadavia.

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