En el marco del ciclo de entrevista para conmemorar el 40° aniversario de la recuperación de la democracia, Días de Areco conversó con Luis Lupini que analizó en detalle la situación política que San Antonio de Areco transitó durante la inestable década que se extendió entre 1993 y 2003.

A lo largo de la conversación, Lupini, que en ese tiempo se desempeñó como funcionario y luego como Concejal, habló sobre el fallecimiento de Teodoro Domínguez, el Partido Justicialista, la muerte de Beto Sorchilli, el triunfo electoral de Fabio, la renuncia a la intendencia de José Cames y la estabilidad económica y política que consiguió Eduardo Jordán con la inestimable colaboración de Horacio Viganego.

Entre 1993 y 2003 se vivió una etapa de gran inestabilidad política e inclusive también institucional…

“En realidad, si observamos a la distancia los dos últimos años de Domínguez, ya habían perdido el impulso de los primeros tiempos. Tito estaba enfermo y el radicalismo cayó en las elecciones de 1993. Pero a partir de esa fecha comenzó una sucesión de Intendentes: Campodónico, Beto Sorchilli, Fabio, Cames y la primera etapa de Jordán que solo se mantenían en el cargo por dos años generando un período de inestabilidad que recién se pudo recuperar, me refiero a esa estabilidad perdida, cuando Eduardo Jordán ganó en 2003 y se quedó hasta 2007. Creo que esta fue la etapa más complicada de la democracia local”.

Tuvo además un hecho muy poco frecuente en la historia reciente, que fue la renuncia del Intendente José Cames…

“Fue un periodo de gran incertidumbre que prácticamente lo viví completo como Concejal o como funcionario municipal. Siempre recuerdo cómo fue la renuncia del Dr. Cames, que se preveía que podía pasar, pero una mañana temprano vi llegar al Concejo Deliberante a Edgardo Batagliese, que era su secretario privado, y me di cuenta que había terminado un ciclo pero que a la par comenzaba otro. Fue muy compleja la situación local de ese momento”.

Otra particularidad fue la muerte de dos intendentes en ejercicio del cargo porque Domínguez falleció en noviembre del 93 y Sorchilli en agosto de 1997…

“Además eran dos dirigentes muy populares. Tanto Tito como Beto concitaban una gran energía popular, que también era propia de esa época y muy difícil de explicar hoy. Eran circunstancias que se daban en pueblos como el nuestro donde detrás de este tipo de candidatos había una gran movilización y un fervor popular muy importante. En el 95 no había otro candidato dentro del justicialismo que no fuera Beto Sorchilli que pudiera enfrentar una elección porque la impronta política de Domínguez se mantenía aun luego de su muerte porque había gobernado durante 10 años. Beto era el hombre adecuado para esa instancia porque le gente estaba reclamando esa cuestión social que tan bien entendió Tito y que Sorchilli manejaba naturalmente”.

La muerte de Beto acentuó la inestabilidad política pero sobre todo la institucional porque hubo que elegir un intendente para que completara los dos años de mandato que quedaron vacantes…

“Sí, y eso generó un clima político tenso dentro del propio peronismo cosa que no pasó en el radicalismo. En ese momento la política pasaba por la UCR y el PJ porque la izquierda era incipiente y los partidos de derecha no habían surgido como tales. Este proceso de muerte de los dos intendentes en el ejercicio del poder generó un conflicto grave pero más todavía en el peronismo de cara a la sucesión que se resolvió de una manera sencilla, con el resultado de una interna para elegir Concejales, que era lo que se renovaba y que ganó Fabio. Esa elección se tomó para definir las candidaturas y Fabio se impuso en octubre de 1997. En ese momento la incertidumbre dentro del PJ era tal que para ordenar la situación intervino José María Díaz Bancalari que era un peso pesado de la política provincial y seccional”.

Volvamos a la renuncia de José Cames, que se produjo a finales de agosto de 2002…

“Cuando renunció José Cames la situación del país se estaba empezando a estabilizar. Recuerdo que el Gobernador Felipe Solá trabajó mucho para mantener la estabilidad y la gobernabilidad en San Antonio de Areco porque la administración de Cames tenía muchos problemas, sobre todo desde el punto de vista económico, pero llegó un momento que no se pudo sostener más. En ese momento circulaban bonos, patacones, era muy complejo y la continuidad de Cames se tornó insostenible porque también se había alejado su equipo que integraban Andrés Antedoménico, Pata Fernández, José Julio Cagnoni y el mismo Jordán, que luego se pudo recuperar, hizo una buena administración y ganó las elecciones de 2003”.

¿Qué papel jugó en esa época Horacio Viganego?

“Con Horacio tuve una relación de amistad. Aprendí mucho de él y tuvimos la oportunidad de formar una línea interna en el peronismo. Creo que Horacio no tuvo la oportunidad que se merecía para trascender como el hombre de la administración pública que realmente fue porque sabía mucho, era muy honesto y porque estudiaba mucho cada tema. Hubiera sido muy interesante para San Antonio de Areco tener a Horacio Viganego como Intendente. La peleó, no se le dio. Además murió joven pero le aportó muchísimo al gobierno de Eduardo Jordán para darle la estabilidad económica y política que necesita para ganar las elecciones de 2003. Esto lo conversé inclusive con el propio Vasco”.

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