En una conversación muy amena con Días de Areco, el músico Carlos Zaldívar contó parte de la historia de “El Humahuaqueño”, la composición de su padre Edmundo Porteño Zaldívar, que es reconocida en el mundo entero.

En cada febrero, Edmundo Zaldívar es homenajeado en Humahuaca, que además en este 2023 realizó la primera edición del Festival Nacional del Carnavalito.

Humahuaca tiene un recuerdo muy especial de Edmundo Porteño Zaldívar…

“Lógicamente. Hace muchos años me llevó a Humahuaca mi hermano Julio, que trabajaba vendiendo para una firma de encendedores y cigarrillos. Julio falleció hace poco y yo llevé sus cenizas allá y las enterré junto a las de mi padre y mi madre. Papá está enterrado en Humahuaca desde el 86 pero murió en el 78 y los gauchos de Jujuy lo llevaron a caballo desde el aeropuerto y lo depositaron en el cementerio. El que organizó todo fue el gaucho Zamorano, que en su momento fue uno de los que acompañó al Comodoro Güiraldes en la conformación de la Confederación Gaucha Argentina”.

“El Humahuaqueño”, una obra de su padre, se ha difundido en el mundo entero…

“SÍ, por supuesto. Además fijate que en 1950 un bailarín español, Joaquín Pérez Fernández, con un grupo de zarzuela que recorría el mundo le agregó a su repertorio un tema de Sudamérica y allí incorporó el Carnavalito. Tuvo un éxito extraordinario en Francia, tal es así que a esta compañía la contrataron en Israel. En un teatro de Israel el público subió al escenario para hacer el trencito con los bailarines. Fue una cosa bárbara”.

¿Cuándo escribió Edmundo Zaldívar “El Humahuaqueño”?

“Mi padre lo hizo cuando tenía 24 años y trabajaba como guitarrista estable en radio El Mundo. Siempre contaba que lo compuso cuando viajaba en un tranvía. Ustedes son muy jóvenes pero el tranvía, cuando frenaba, hacía como un traqueteo y la gente, cuando se quería bajar en una esquina, hacía sonar una campañilla. Eran sonidos distintivos, llamativos. Uno lo piensa desde el presente y parece que fuera ciencia ficción pero fue así. En esos viajes papá repetía esos sonidos golpeando el estuche de la guitarra, taca, taca, taca y se le ocurrió la letra: fiesta de la quebrada humahuaqueña para bailar, erque, charango y bombo… Claro que esa trilogía de instrumentos no existía porque en el norte no tocan el bombo. En Salta sí pero más arriba, en el altiplano, tocan la caja”.

¿La primera versión se grabó en vivo?

“Primero se grabó en vivo, en los tiempos en que los músicos y los radioteatros se hacían en vivo en los estudios de la radio. En ese tiempo la gente hacía cuadras y cuadras de cola para entrar a la radio. Pero después se grabó en todo el mundo y día a día aumentan las versiones porque todavía se sigue haciendo. Además de los plagios porque al menos se detectaron cinco plagios de esta obra de Edmundo Porteño Zaldívar, una de ellos fue King Africa, que firma como si fuera el autor del Humahuaqueño. Es algo que parece que no tiene solución porque hay una convivencia imposible de destrabar”.

Es febrero de este año homenajearon una vez más a su padre en el primer Festival Nacional del Carnavalito…

“Sí, fue muy emocionante pero acá, en San Antonio de Areco, deberían tomar el ejemplo de Humahuaca de cuidar a sus artistas porque no puede ser que la Intendencia le pague a los músicos a los 60 días y a veces con un atraso mayor. Eso lo tendrían que mejorar. Los músicos atravesaron por un tiempo muy complicado durante la pandemia, eso lo sentimos en carne propia en mi familia”.

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