El médico pediatra Mariano Griguelo conversó con Días de Areco sobre la necesidad de avanzar en la implementación de un Sistema Nacional Integrado de Salud, tema que ponen en debaten desde la Vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, pasando por el ministro bonaerense, Nicolás Kreplak y hasta los distintos actores del esquema de salud actual.

Durante la entrevista, Griguelo, que es Director Asociado del hospital provincial de Zárate, explicó que es indispensable integrar la prestación de un sistema que actualmente está demasiado fragmentado para trabajar en la promoción, la prevención, la atención y la rehabilitación de las personas pero sin imitar modelos que funcionan en otros países sino que se debe atender las particularidades propias de Argentina.

¿A que apunta específicamente el debate sobre el Sistema Nacional Integrado de Salud?

“Hay una definición bien objetiva que es la integralidad o la complementariedad de un sistema de salud. No es como quieren decir un sistema totalitario ni exclusivo del Estado, sino que tiene que ver con un funcionamiento donde se complementen lo público con lo privado pero también entre las distintas jurisdicciones: nación, provincia y municipios. El sistema actual tiene una tremenda fragmentación, con presupuestos en paralelo y con déficit en determinadas prestaciones médicas. Por lo tanto es un sistema de salud desigual e inequitativo y eso se está profundizando día a día”.

¿Dónde se ve concretamente esta fragmentación del sistema de salud actual?

“Faltan profesionales para trabajar en el sector público pero también en la formación de especialistas, por ejemplo en pediatría, y ese es el déficit que se nota y que se va agudizando con el paso de los años. Muchos de los municipios aledaños y yo diría de todo el país, no tienen garantizada la atención por guardia de la especialidad de pediatría. Lo mismo pasa con clínica médica que son las especialidades que tienen guardia. Si buscamos una complementariedad del sistema de salud es justamente hablar de presupuestos, de hacer estadística para contar con información, ampliar el concepto de salud, que no solo es la atención del enfermo”.

¿Qué particularidad debe tener este Sistema Integrado de Salud?

“Algo que no tenemos que hacer es valernos de sistemas que funcionan en otros países, por ejemplo en Gran Bretaña o en Cuba. Tenemos que hacer algo atendiendo nuestras particularidades. Para eso necesitamos presupuesto para la formación profesional, para la incorporación de tecnología médica. El medicamento es una tecnología aplicada pero que debe ser garantizada por el Estado y no solo por el privado porque es un bien público y un derecho constitucional que también está establecido por la Organización Mundial de la Salud. Garantizar el acceso a la salud no es solo una obligación sino que es un derecho”.

¿Qué concepto de salud entra en juego en esta discusión?

“La salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino que también es la promoción, la prevención, la atención y la rehabilitación de una persona. Hoy podemos decir que esas cosas no están garantizadas en la prestación de salud. Si esto lo trasladamos a San Antonio de Areco, vemos que presupuestariamente no está planteado así porque no se atiende de esa forma. Hoy todo se demanda con inmediatez, que te resuelvan el problema enseguida pero no hay otra salida que atender al paciente cuando ya llega enfermo. Esto no solo pasa en el sector público sino que también pasa en las obras sociales y en la medicina privada. Todo esto hay que amalgamarlo e integrarlo”.

¿La pandemia sirve como ejemplo de trabajo integrado, amalgamado de sistema de salud, entre lo público y privado?

“La pandemia sirve como un ejemplo de integración y los tres sectores se llevaron muy bien. Claro que los fines y los principios desde la medicina privada no son los mismos que los del Estado y las obras sociales que son sistemas solidarios y se manejan en base a los impuestos o a los aportes de los afiliados. En la pandemia de Covid el sistema privado no le pudo garantizar la atención a todos sus afiliados por más plata que pagaran y el sistema público sí pudo contener esa situación. Ahí se pudo interactuar”.

Los centros de salud más importantes se concentran en las grandes ciudades. ¿Qué pasa con las localidades más pequeñas?

“Otra cosa es la distribución geográfica de los servicios de salud. Nosotros tenemos un sistema muy centralizado en las grandes ciudades. En cambio en las localidades con menos de 50 o de 30 mil habitantes no hay mucho desarrollo en salud mirando una atención integral. Además los profesionales y los no profesionales de la salud se van a trabajar a lugares donde hay centros de salud más grandes. Los médicos vivimos en una situación de pluriempleo porque no tenemos un sueldo acorde. Hay muy pocos médicos que tienen un solo trabajo. El 40% de los trabajadores de salud tienen más de un empleo con un mix entre lo público y lo privado inclusive. La provincia de Buenos Aires asigna honorarios que los municipio pueden pagar en muchos casos y eso hay que discutirlo para integrarlo”.

¿Qué pasa con la promoción y la prevención de la salud en este debate integrador del sistema?

“Hay que destinar más presupuesto a la promoción y a la prevención de la salud porque es frustrante ver que una persona joven acude a una guardia porque antes no pudo concurrir a un consultorio externo o no se lo previno de determinadas prácticas preventivas para no terminar en eso porque trabaja con agrotóxicos o porque vive pegado a una planta cerealera y no conoce de sus consecuencias. Digo que se deben garantizar todos los servicios de salud, inclusive la promoción, con campañas en los medios de comunicación pero esas cosas no se ven”.

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