En una interesante entrevista con Días de Areco, Hernán Magistris, Gerente de la Cooperativa Agropecuaria, analizó el impacto de la sequía en la próxima cosecha y estimó que la merma en la producción que se espera tendrá un fuerte impacto en la economía del país que dispondrá de muchos menos dólares para sostener el necesario nivel de importaciones.

Durante la conversación, Magistris explicó que el clima le jugó una muy mala pasada al productor, que esta situación puede cambiar las condiciones comerciales afectando principalmente al arrendatario, que debe pagar el alquiler de la tierra para trabajar.

¿Cómo impacta esta sequía prolongada en la producción agropecuaria?

“Yo creo que este va a ser el gran tema, o al menos uno de los más importantes, para este año en un país que es inminentemente agropecuario y que necesita de las divisas que este sector genera para atender el resto de las actividades que son importadoras de bienes e insumos. La actividad agropecuaria es la que genera los dólares, que bien monitoreados por el Banco Central, se entregan a los importadores para que puedan hacer sus compras. Argentina es uno de los principales proveedores del mundo y la mayoría de los dólares que ingresan provienen de la actividad primaria o de las manufacturas de origen agropecuario y en este 2023 el impacto de la sequía se va a sentir”.

¿Qué tan fuerte puede ser el impacto en la próxima cosecha?

“Leyendo los últimos informes, que dicen que es la peor sequía del último siglo comparable con lo que pasó en 1922 y en el año sesenta y pico, vemos que es una situación histórica que solo se da en momentos puntuales pero realmente la magnitud recién se va a conocer cuando se pueda empezar a cosechar, cosa que va a pasar en los próximos días, pero las expectativas son cada vez menores sobre todo con las altas temperaturas que siguen vigentes y la falta de lluvias que se prolonga. Entonces el impacto sobre toda la economía va a ser muy importante, se va a sentir en el Interior principalmente pero va a repercutir en todo el país”.

¿Qué le comenta el productor que tiene relación con la cooperativa?

“En general la gente está muy preocupada y en algunos casos hasta desalentada. Creo que asistimos a un cambio en las condiciones comerciales y pienso que hay que dividir entre el productor agropecuario, el propietario de la tierra y el arrendatario. El propietario de la tierra cuenta con algún capital como para poder sortear en mayor medida, con los ajustes que tenga que hacer, esta situación y encarar las próximas campañas, pero el que vive exclusivamente del arrendamiento y tiene que hacer frente al pago del alquiler más todos los gastos de explotación va a estar muy comprometido para poder seguir en la actividad”.

¿En qué consiste este cambio en las condiciones de comercialización que usted estima que se puede dar en el futuro cercano?

“Este es un negocio que se fue concentrando, que cada vez necesita mayor escala sumado a otros factores como la presión impositiva, la competencia en el mercado y si a eso le agregamos que es una actividad a cielo abierto y la inclemencia del tiempo de este año le jugó una muy mala pasada. Por eso pienso que el impacto económico va a ser muy fuerte para el productor definido como unidad económica, como empresario que pueda apostar a una actividad que sea la suficientemente rentable como para poder seguir”.

¿La guerra entre Ucrania y Rusia también afecta la actividad?

“Sí, pero el factor más importante que afecta a Argentina es el climático, porque este es el tercer año consecutivo que atravesamos por lo que se llama el efecto de la Niña con una pronunciada sequía. En 2020 y 2021 algunas lluvias acompañaron, cosa que no pasó en 2022 y las plantas se comieron la poca reserva de agua que quedaba. Esto es más impactante que el efecto de la guerra porque lo que ocurrió el año pasado fue que subió el precio de los commodities y el productor se vio beneficiado con esto ya que hubo una menor cantidad pero a un mejor precio. Pero ahora ocurre algo inverso porque Argentina va a tener mucha menos producción pero Brasil espera una súper cosecha de maíz y soja y va a compensar en el mundo la oferta que no pueda hacer nuestro país. O sea que el panorama es muy complicado desde los dos puntos de vista, el precio y la cantidad”.

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