Uno por uno el análisis de la actuación individual de los protagonistas del triunfo de Rivadavia ante Huracán, el clásico más antiguo de nuestro fútbol ya que se vienen enfrentando de manera oficial desde 1923.

Rivadavia

Ramiro Ciaffardini (8): el arquero volvió a ser una pieza fundamental de la victoria. En el primer tiempo contuvo dos remates de Risso que eran gol cantado y en el complemento le atajó un penal al mismo delantero. Una labor casi sin errores.

Román Sánchez (6): fuerte para ir al roce, siempre a fondo para trabar, para ajustar la marca.  Temperamental para cumplir con la función de lateral derecho casi tomando hombre a hombre.

Luis Romero (6): arranco con dudas, con problemas de ubicación pero apeló a su experiencia para cubrir errores. Después se fue asentando, quedó como líbero y fue expeditivo para no complicarse.

Juan Menconi (6): de menor a mayor en su rendimiento. Le costó acomodarse durante los primeros minutos pero después encontró la posición, se ordenó tácticamente y terminó jugando con firmeza.

Manuel Achetta (6): al principio tuvo problemas con el tándem Filipelli – Risso que entraban por su sector pero se fue acomodando con fervor y ganas. Mejoró, cumplió con lo que le pidieron hasta que se retiró agotado.

Nicolás De Renzo (6): generoso en el esfuerzo, ayudando a Camino en la contención. Hizo relevos, luchó en la recuperación de la pelota y mantuvo la vertical cuando Huracán jugaba mejor porque no perdió la calma.

Leandro Camino (7): se lo vio recuperado físicamente e hizo sentir su presencia en la zona central como en el Clausura 2021. Tiene oficio, personalidad, empuje y sabe mucho con la pelota en los pies. Un hombre importante.

Valentín Griguelo (7): otra actuación destacada del joven volante que cada vez suma más rodaje en Primera División. Es un producto 100% de Rivadavia: dinámico, corajudo, rendidor, incansable, útil tácticamente porque puede cubrir varias funciones y con una técnica aceptable.

Laureano Leguizamón (6): el Chino empezó de punta pero luego se retrasó y aportó su habilidad para juntase con Luque y Hernández en algunas maniobras de alto vuelo futbolístico.

Alejandro Luque (7): con una gambeta endemoniada, cada vez que arrancó dejó rivales en el camino magnetizados por los movimientos de su cintura. Comenzó de enganche pero después fue de delantero neto y se entiende a la perfección con Hernández. Desequilibrante.

Joaquín Hernández (8): ¿Qué se puede decir de Joaquín que ya no se haya dicho tantas veces?  Ubicado por izquierda, como falso puntero, donde más le gusta moverse, fue el líder del equipo.  Jugó e hizo jugar a sus compañeros, armó una sociedad futbolística con pasajes brillantes con Luque y Leguizamón y anotó dos goles que elevaron su cuenta personal a 156. Determinante tanto en el resultado de ayer como en toda la campaña de Rivadavia.

Huracán

Juan Cicarella (5): no tuvo responsabilidad en los goles ni tampoco grandes intervenciones

Mateo Monserrat (6): jugó con la garra de siempre y empujó desde el fondo cuando había que impulsar al Globito en búsqueda del empate.

Matías Rios (5): fervoroso, bien en el juego aéreo pero con problemas cuando debió enfrentar mano a mano y con balón dominado a los habilidosos atacantes panzanegras.

Joaquín Sills (6): trató de mantener el orden defensivo y de salir jugando desde la última línea.  Aportó temperamento y corazón. Se fue expulsado sobre la hora.

Ismael Gaona (6): sus zurdazos cruzados fueron una buena alternativa para arrimarse hasta el área rival. Por esa vía habilitó a Risso en el único gol rojinegro.

Facundo Filipelli (6): con buena dinámica para recorrer toda la banda derecha pero necesita espacios para extender sus carreras. Cuando pasó a la izquierda perdió peso pero siguió intentando encontrar el camino aunque sin éxito.

Nicolás De Felice (5): esta vez el capitán no pudo imponer su lucha en la zona central y por lo general los delanteros rivales jugaron a sus espaldas.

Lucas Petit (5): buenos primeros veinte minutos distribuyendo la pelota con prolijidad pero después se fue apagando.

Ramón Basombrío (5): incómodo como volante izquierdo no encontró nunca la posición ni el partido. Fue reemplazado por su hermano Pedro que en el poco tiempo que estuvo en cancha tampoco pudo cambió el rumbo del cotejo.

Luciano Gómez (6): el mérito del corpulento centrodelantero fue que nunca se dio por vencido pero prácticamente no pudo hacer valer su polenta en ningún momento de la tarde

Tomás Risso (7): imparable en el comienzo del encuentro. Sus arranques fueron profundos, peligrosos y no tuvo problemas en cambiar de punta. Marcó el gol del 1 a 0 y exigió al menos un par de atajadas de Ciaffardini. Después se desinfló futbolística y anímicamente como todo Huracán.

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