Julio Márquez realizó en gran trabajo en Capilla porque consolidó un plantel que ya era muy competitivo y siempre colocó en cancha un equipo bien plantado, con ritmo, que se mantiene en los primeros planos del fútbol local.

Márquez llegó al club de Exaltación de la Cruz a comienzos de 2020 pero la pandemia postergó su debut. Cuando regresó la competencia oficial fue semifinalista en el atípico torneo de 2021 (cayó ante Huracán), se consagró campeón del Clausura (derrotó en la definición a Rivadavia) y San Patricio necesitó de los penales para vencerlo en la final del reciente Apertura 2022 que acaba de terminar.

La campaña del elenco azulgrana en este primer semestre arrancó con la participación en la Copa Federación. Ganó la zona que compartió con San Carlos, Trocha de Mercedes y Belgrano de Zárate pero en la siguiente fase quedó eliminado ante Villa Sanguinetti de Arrecifes.

En el certamen local tuvo un comienzo arrollador, con 7 victorias consecutivas que muy pronto le aseguraron un lugar en las semifinales. Entre esos triunfos se pueden destacar el 1 a 0 ante San Carlos en Cancha Fitte, un 3 a 0 frente a River Plate como local y el 4 a 0 con San Antonio.

Luego, sorpresivamente entró en un bache de rendimiento y perdió 3 partidos seguidos (0 – 1 con Rivadavia, 0 -3 ante San Patricio y 0 – 1 con River Plate). Pero esa caída de tensión tiene explicaciones: las ausencias de los lesionados Emilio Rossé, Ricardo Campi y Kevin Medrano y la suspensión de Joaquín Gallego más la tranquilidad que le dio saberse clasificado para la segunda etapa.

En la revancha contra River Plate por las semifinales recuperó su mejor versión futbolística y volvió al triunfo con un nítido 3 a 0 y luego animó dos finales muy pero muy parejas ante San Patricio que se resolvieron en una angustiante serie de penales.

A lo largo de todo el Apertura, Capilla mostró la fluidez de su funcionamiento colectivo, una presión intensa en campo rival, un prolija circulación de pelota, un impecable orden táctico, ritmo sostenido e individualidades desequilibrantes como el capitán Diego Santoro, el arquero Emilio Rossé, Joaquín Gallego, Emiliano Franco cuando pudo estar, el incansable César Quinteros, Joel Greco que regresó tras su paso por el CADU de Zárate, Jonatán López, que realmente jugó muy bien y Kevin Medrano, goleador de campeonato junto a Juan Demergasso, que aportó su oportunismo cerca del área rival.

Seguro que perder la final del torneo es algo que le duele profundamente pero son las cosas que tiene el fútbol que es un juego que siempre da revancha.

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