Teodoro Gerónimo Domínguez había nacido el 5 de junio de 1936 por lo tanto hoy habría cumplido 86 años.

Tito o el gallego, como lo conocía la mayoría del vecindario, a través de su acción política dejó una marca imborrable en la marcha de nuestra comunidad.

En un breve repaso de su campaña pública podemos mencionar que fue Concejal por la Unión Cívica Radical del Pueblo entre 1963 y 1966, director del hospital municipal Emilio Zerboni entre 1973 y principios de 1976 e Intendente desde el 10 de diciembre de 1983 hasta el 10 de noviembre de 1993, fecha en la que falleció cuando aún era muy joven.

Entrando más específicamente en su recorrido político podemos apuntar que a comienzos de la década de 1970 fue fundador del Movimiento de Renovación y Cambio de la Unión Cívica Radical en San Antonio de Areco, que en febrero de 1976 un grupo de tareas paramilitar lo buscó para secuestrarlo pero logró escapar y que acompañando la ola triunfal del alfonsinismo, que supo impulsar desde su nacimiento, fue el primer Intendente en la recuperación de la democracia.

Su influencia y la impronta personal que impregnaron los 10 años que gobernó el Municipio nos permiten decir que creó su propio espacio político, con características de movimiento local, generalmente llamado “Dominguismo” de nítida orientación popular que consiguió ampliar las base del tradicional voto radical y sumó detrás de su propuesta transformadora del tiempo que le tocó vivir a votantes que paralelamente preferían optar por candidatos peronistas a nivel nacional y provincial.

En una década completa de gestión, Domínguez convirtió a la Municipalidad en una verdadera empresa constructora de obras públicas y en una prestadora de servicios públicos esenciales, donde su modelo de educación estatal se convirtió en un emblema distintivo.

Una frase, con pretensiones de definición fuerte, nos será útil para coronar este sencillo e incompleto recuerdo: cuando falleció, Domínguez dejó un pueblo mucho mejor, con un crecimiento más parejo e igualitario, que el que encontró 10 años antes cuando asumió al frente de un Municipio que detrás de su figura carismática abría una nueva instancia política, económica, social y cultural luego de la sombría etapa transitada bajo la represiva tutela de la dictadura cívico  militar que llegaba a su punto final.

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