Paco Durañona charló con Días de Areco sobre la actualidad de nuestro pueblo, los efectos de la inundación y la importancia de que el pueblo se involucre.
El referente de Movimiento Arraigo y ex Senador Provincial e Intendente se refirió a la ampliación del hospital en zona inundable y a las tensiones locales.
¿Cómo está viendo la situación local, en el cuarto mes ya del segundo mandato de Ratto en el Municipio y en la presidencia de Milei?
“No es una particularidad de San Antonio de Areco diferenciarse fuertemente de los contextos nacionales, al contrario. Hay alguna excepcionalidad como fue la elección que ganó Macri en la nación y su mismo espacio político en la provincia y nosotros logramos retener el Municipio en 2015, pero fue por muy escaso margen que podía haber sido para cualquiera de los dos y tuvimos que hacer una campaña muy sacrificada, con mucho esfuerzo. Por supuesto que le doy un valor importante porque fue la primera vez que el peronismo pudo renovar su mandato en la historia de San Antonio de Areco, pero en general, la reflexión a la que llegamos en la charla con algunos compañeros es que acá como en muchos pueblos hay una puja muy fuerte de intereses”.
¿Qué pasa con esa puja?
“En realidad esa puja no existe sino que nuestra participación política pretende poner en movimiento esa posible puja entre los intereses que tiene un sector muy importante de la población local, más acomodado, y los intereses que debería tener otro sector como horizonte o como valores, y que, cuando fuimos gestión, pudimos representarlos bien y que claramente los defenderíamos mucho mejor que quien está hoy gobernando localmente y que quizá fue electo por segunda vez con votos que vienen dados de los espacios o de los vecinos que naturalmente deberían tener en una identidad entre sus intereses y lo que nosotros ofrecemos como representación política. Pero hay un peso histórico cultural, una cuestión de pertenencia social, una facilidad para que se introduzcan determinados discursos desde sectores acomodados hacia los sectores trabajadores o que más necesitarían de una representación política como la nuestra y una diferencia en la vara en cuanto a cómo se mide una gestión y la otra. A nosotros no nos hubiesen perdonado el 99% de las decisiones que tomó esta gestión desde las más duras hasta las que pasaron más desapercibidas. Un ejemplo claro fue la última inundación: ¿cuál hubiera sido la reacción de la sociedad local y a nivel nacional si nos tocaba a nosotros? Es fácil de responder porque esto ya lo vivimos cuando hubo inundaciones iguales o hasta menores que esta y gobernábamos nosotros”.
Hablando de la inundación, pareciera que el tema no está en la agenda local, incluso después de la última crecida…
“¿De qué depende que un tema forme parte de la agenda local? ¿De la presión que uno como dirigente político pueda forzar, de cuántas veces desde los roles institucionales o desde los medios locales insistamos con que ese tema tiene que estar en agenda? ¿O depende más de si por lo menos a un sector importante de la sociedad, ese tema (sea inundación, carnavales, trabajadores municipales y tantos otros) realmente le preocupa? Esta es una temática que me parece que hay que ponerla sobre la mesa, que es empezar a interpelar a la sociedad. No tenemos ninguna duda de cuáles son los 10 temas que forman parte imprescindible de la agenda local. Quizás puede haber un orden de prioridades en el que uno se equivoque, pero sabemos cuáles son los 10. Ahora, quizás esos 10 no son temas que le interesen a gran parte de la sociedad o por lo menos a quienes nosotros pretendemos representar y naturalmente deberíamos hacerlo por una cuestión de intereses. Si ni siquiera a ese universo de la sociedad le interesan los temas que tenemos como prioritarios en la agenda, ahí es donde se empieza a romper nuestro contrato político con la sociedad. ¿Y eso qué significa, que nosotros como dirigentes políticos tenemos que cambiar nuestra agenda para intentar agradar o cooptar ese interés que hoy no está? Pienso que no, que el trabajo que hay que hacer es de alguna manera fomentar las conversaciones que permitan generar algunas reflexiones y que se despierte nuevamente ese interés de la sociedad para que los temas formen parte de la agenda. A mí me encantaría que esos temas se mantengan y que, como en otros momentos vividos, estén en el top de la discusión porque hubo momentos de participación notables en lo local. De la misma manera, veo con preocupación la ausencia de participación de los vecinos en la agenda de Areco».
¿Esta situación que describe es particular de Areco o es general?
“Esto no es San Antonio de Areco solamente, es un reflejo de lo que se está viviendo en la Argentina y en el mundo. Hoy no se puede reducir la cuestión de la agenda y el llamado a la mayor participación a buscar culpables, que siempre va a ser lo más fácil, echarles la culpa a las autoridades políticas de turno. Nos parece que eso es lo contrario a un debate que debería darse sobre la agenda local. Esa agenda tiene que ser nutrida por un montón de cuestiones donde obviamente tiene que haber puntos críticos respecto del accionar y de cuáles son las agendas que se han puesto arriba en la mesa en la discusión pública. Nadie nos puede venir a decir que nosotros no tuvimos como eje central en nuestra agenda la cuestión energética, la productiva, la salarial, la vinculada con el río y la de la infraestructura, entre otras cosas. No es solamente sentarse a ver a quién puteamos más. Eso es inmaduro, no sirve para nada. Es seguir recreando el conflicto y la grieta permanente para no resolver nunca ningún tema y eso es lo que muchas veces termina generando que el vecino se corra de ese debate, porque a algunos les va a interesar gritar fuerte y competir a ver quién grita más y hay otros que por ahí pueden hacer un aporte sano al debate con herramientas, miradas, propuestas, pero no quieren participar de esa gresca amigo – enemigo, entonces se corren y al final no participa nadie. Obviamente hay una enorme responsabilidad de la política, de los comunicadores, del contexto que no invita a que haya una participación, pero también hay una irresponsabilidad de la sociedad de su conjunto, de cada ciudadano en particular”.
Finalmente, ¿qué pasa con la obra de ampliación del hospital, que está en zona inundable y quedó aislada en la última crecida?
“¿Nadie entendió estos últimos seis años cuando decíamos que no se construya en ese lugar porque se iba a inundar? Tenemos un predio gratuito para construir en una zona alta que nunca queda rodeada de agua y estaban los recursos para hacerlo. Se había iniciado, se frenó, se encapricharon y no hubo reacción en ese momento, nos dijeron que queríamos poner palos en la rueda. Ahora se inundó y quedó clarísimo que lo que decíamos era efectivamente así. La fotografía de la inundación mostró de vuelta un semi en la puerta del hospital para poder entrar y salir, igual que hace 15 años en la inundación de 2009, a las enfermeras y el personal del hospital entrando y sacando enfermos en un bote. ¿Y después de esto qué? Porque está bueno decir ‘la política, la casta’ pero, ¿y el involucramiento de la sociedad en estos temas, dónde está? Son preguntas que hay que hacer. ¿Para lograr el involucramiento de la sociedad, hay que sufrir ocho años en el orden local y cuatro años en el orden nacional con un demente que te pone tarifas impagables para todos y que habla de las barbaridades de las que habla? Creo que esa es una de las cuestiones que nos quedan para reflexionar juntos a los que nos interesa este tema”.