Un nuevo femicidio sacudió el viernes a nuestra ciudad. Se trató del tercer crimen de este tipo que se da en Areco en 15 meses, lo que aumenta la preocupación por la violencia extrema contra las mujeres que atraviesa nuestra ciudad.
El caso de María en octubre de 2021 y luego el de Lucía en noviembre de 2022, hace apenas dos meses, generaron una fuerte movilización en la comunidad. Tras el último, cientos de personas marcharon reclamando justicia, la ciudad amaneció empapelada con carteles con la cara del femicida, que permanece detenido, y agrupaciones de mujeres y diversidades propusieron acciones concretas que aceraron al Municipio y al Concejo Deliberante.
Ahora, ante un nuevo femicidio seguido de suicidio, ¿qué acciones concretas van a tomarse?
En principio, el Municipio recurrió a la misma estrategia que usó tras el femicidio de Lucía: buscó poner el foco en que la víctima no había hecho denuncias anteriores. En el caso de Eli, el último en conocerse, el mismo Secretario de Seguridad, Ramón Ojeda, indicó el viernes en declaraciones al noticiero local que, contrario a lo que sostenían “ciertas personas y grupos en las redes sociales”, no había presentaciones formales ni en la comisaría ni el juzgado de paz.
Lo mismo había pasado tras el femicidio de Lucía en una conferencia de prensa encabezada por el Intendente. “No hubo nada antes. Lo chequeamos con Secretaría de Seguridad, con Desarrollo Social, con Comisaría de la Mujer. Afortunadamente el equipo trabaja mucho y muy bien en ese sentido, trabajan muy unidos, con mucha comunicación, pero nada de esto está alcanzando y hoy Lucía no está entre nosotros”, había sostenido en ese momento Ratto.
Esta vez la gestión Ratto fue más allá. Ojeda no solo hizo énfasis en la falta de denuncias, sino que apuntó y buscó confrontar con quienes habrían expresado que la víctima sí había pedido ayuda:
“En redes sociales y algunas manifestaciones partidarias y de grupos indican que esta persona (por el femicida) tenía perimetral o que le habían hecho algún tipo de denuncia y demás. No puedo juzgar porque no conozco cuáles son las intenciones de estas personas, si son intenciones de grupo, pero sobre un femicidio, un hecho lamentable desde todo punto de vista, que pretendan hacer uso político o si querés partidario o de grupos o sectores, me parece aberrante, me parece totalmente fuera de lugar y lamentablemente donde aquí hay familias atravesando una situación muy muy difícil y dolorosa, que pretendan utiliza esta situación para llevar agua para su molino”, afirmó el funcionario responsable de la seguridad de nuestra ciudad.
¿Qué busca la gestión Ratto con estas actitudes? ¿Qué puede suceder cuando, ante la violencia más extrema que desemboca en un femicidio, se responde así y se pone tanto peso en si la víctima denunció o no? Por supuesto que en contexto ideal, cualquier mujer víctima de violencia de género podría denunciar la situación y obtener ayuda y acompañamiento. No es lo que sucede realmente en el quehacer diario.
Ante este panorama preocupante, las agrupaciones de mujeres y diversidades se han movilizado fuertemente una y otra vez. Tras el femicidio de Lucía, por ejemplo, presentaron ante el Municipio un petitorio con 10 puntos con acciones concretas para abordar la situación. La gestión Ratto no cumplió ninguno de ellos. Es más, se aprobó (con la mayoría de Juntos) el presupuesto 2023 sin ninguna partida destinada a la prevención de la violencia de género.
Nadie espera soluciones inmediatas ante este tema, un fenómeno complejo, multicausal y que se da no solo en San Antonio de Areco sino también a nivel nacional e internacional. Pero sí es responsabilidad del Estado abordar la situación y articular herramientas para tratar de hacerle frente. ¿Qué ha hecho hasta ahora la gestión Ratto? Salir a echarles la culpa a las víctimas y remarcar que no había denuncias previas. Desoír los reclamos de las agrupaciones de mujeres y diversidades. Seguir ignorando los programas que ofrecen los Ministerios de Mujeres y Diversidades de provincia y nación para el abordaje de la violencia de género y vaciando espacios de debate y reflexión como el Consejo Municipal de Mujeres y Diversidades. Continuar con políticas de ajuste con sueldos municipales que perdieron casi un 30% de su capacidad de compra solo en 2022.
Mientras se busque naturalizar la violencia en general y la de género en particular, seguiremos lamentando crímenes que sacuden y conmueven a toda nuestra comunidad.