El taller municipal de teatro integrado cerró ayer un nuevo año de trabajo con un espectáculo en el Salón Guerrico. Junto a sus docentes y facilitadores, los alumnos trabajaron escenas de improvisación, exploraron distintas profesiones y hasta pusieron en escena un particular museo con cuadros de todo tipo.
“Este año me gustó mucho cómo jugaban en las clases con las improvisaciones, dándoles una consigna, un personaje, una situación o un conflicto”, contó Gerardo Grasl, docente del taller. “Se divertían mucho y quisimos hacer eso para este cierre: nos organizamos y entrenamos para que se pudieran liberar, porque el público siempre inhibe. Creo que logramos lo que estábamos buscando y que cada uno desarrollara un personaje”.
El Hogar San Camilo tuvo una fuerte participación en el taller, con algunos de sus residentes explorando el teatro y varios de sus trabajadores sumándose como facilitadores. “Para realizar este trabajo han sido más importantes que nunca los facilitadores porque ellos ayudan en escena a que los chicos puedan imaginar lo que están jugando. La inclusión de trabajadoras del Hogar San Camilo nos ha ayudado mucho con el abordaje de las discapacidades, porque hay cosas que uno no sabe, y por supuesto Alfredo, Sol e Irene que hace mucho son parte del taller y son fundamentales”, destacó Grasl.
Un muy buen marco de público acompañó ayer la presentación, que se ha vuelto un clásico de fin de año. El taller de teatro integrado tiene una larga trayectoria y ha visto pasar a referentes del teatro nacional como Julian Howard, que lo dirigió hasta finales de 2019 junto a Grasl y le dio un fuerte impulso.