Chaco Boreal y Sol Pereyra se presentaron ayer en Maktub, en una noche que combinó sonidos electrónicos y de base más tradicional.
La propuesta estuvo marcada por la fusión. Tanto Chaco Boreal como Sol Pereyra exploran en su música cómo elementos que no suelen combinarse pueden, con creatividad y sin prejuicios, unirse para generar algo nuevo.
Chaco Boreal abrió el encuentro con un set con algunos de sus temas ya clásicos pero también con algunas novedades. A su clásica formación con Isa Maiola, Rochi Gasparini, Manu Monserrat, Néstor Mahmud y Lucho Scarano sumó como invitamos en algunos temas a Tomi Francischelli en percusión, Felipe Miranda en quena y Jose Direnzo y Yami Antonioli en voces.
La agrupación ya tiene su grupo de fieles seguidores que se acercan a cada uno de los shows y no fueron la excepción anoche. A pesar de haber dejado su localía en el Galpón Chamico (está en obras, por lo que no tendrá shows hasta mediados de febrero), Chaco Boreal pudo gestionar su fecha en colaboración con Maktub, el nuevo boliche del pueblo que ha abierto sus puertas también a otro tipo de eventos culturales.
Sol Pereyra fue la encargada de cerrar la noche. La artista cordobesa llegó para presentar «La Película», su último disco, y hacer un repaso por sus trabajos de estudio. Acompañada por DJ Karim, Pereyra no solo cantó sino que también tocó la trompeta y la guitarra para un público que siguió atento y alegre la propuesta.
Con letras enfocadas en la resistencia, la autenticidad y la idea de vivir la propia identidad más allá de la mirada de los demás, Pereyra propuso una noche para bailar pero con un fuerte contenido artístico. En cuanto a su sonido, reunió con maestría ritmos folclóricos de Latinoamérica con beats electrónicos e interpretaciones en vivo, muy en línea con lo que hace Chaco Boreal. Una artista de primer nivel, que llegó a Areco gracias al empuje de sus colegas y su voluntad autogestiva, como así a la decisión de empresarios locales que abren sus puertas a estas propuestas.