La segunda noche del carnaval 2024 logró una mayor asistencia de público en el bulevar Zerboni, pero el desfile de motivos siguió siendo corto y sin grandes novedades.
A las cuatro carrozas de artesanos locales se sumaron algunas máscaras sueltas y grupos humorísticos, además de la Murga de Areco y la aparición especial de Ilusión Murguera de Mercedes como invitada, una muy buena propuesta de murga porteña que quedó deslucida porque llegó cerca de la medianoche, cuando hacía casi media hora que había terminado el desfile principal.
Entre los locales, el plato fuerte sigue siendo la Murga de Areco, que reúne a casi 80 personas de diversas edades, algunos de ellos antiguos integrantes de la Murga del Galpón y de la de Solís. Con aires más bien porteños, su “El Sueño de Todo Murgero” es una propuesta correcta, que mantiene viva la tradición de la murga arequera pero que está lejos del despliegue y la conceptualización de murgas de otros años.
Color, percusión sin vientos e importantes esfuerzos de los más chicos en el baile son las marcas de una murga que deberá demostrar si se sostiene en el tiempo, en esta nueva etapa en que las agrupaciones históricas parecen haber sucumbido ante el ajuste de Ratto y sus políticas culturales conservadoras.
El resto de los motivos se enfocó una vez más en el fútbol con Las Bosteras, la crítica social con Libertad Divino Tesoro, la historia de la mano del gladiador, el terror con Que Comience el Juego y hasta la religión con la aparición anoche de Moisés.
Tras el desfile, la propuesta musical que sigue la misma línea de todo el festejo: repetición de los artistas que el Municipio viene contratando en prácticamente todas las fiestas populares que ha llevado adelante, como ignorando la riqueza de los trabajadores de la cultura locales.