El médico psiquiatra y especialista en salud pública Luis Giménez planteó en una entrevista con Días de Areco que estamos viviendo un clima de época donde se atacan valores de la identidad nacional y se aplican políticas de exterminio de la clase media.
Ante este panorama, según manifestó Giménez es necesario trabajar en la construcción de un proyecto de país compartido reforzando la identidad, la memoria y la historia de los pueblos como herramientas para enfrentar este estado actual de crueldad que nos conduce a la desesperanza individual y colectiva.
¿Vivimos en un cierto clima de época que se caracteriza por el ataque constante a la identidad nacional?
“Hay un tríptico de conceptos que utilizo habitualmente que son la impotencia, el desamparo y la desesperanza. Vamos a ver qué implica cada uno de ellos, tanto en la vida psíquica individual como en la social o comunitaria. El último estadio, el de la desesperanza, es cuando podemos entrar en un colapso del cual es muy difícil salir. Esto es lo que se ve en las depresiones, tema del que ya hablamos en otras oportunidades y lo quiero vincular con otras dos cuestiones: la crueldad y la identidad porque estamos viendo un clima de época que es motorizado, estimulado por diferentes personajes políticos y por determinados pensadores muy ideologizados que atacan a valores que constituyeron nuestra nación y nuestro sistema democrático. Hay un ataque persistente sobre nuestra identidad nacional y eso significa producir un estado de fragilidad, de confusión y es allí donde unimos la crueldad para difundir ideas que van contra una identidad forjada en más de 200 años de historia pero hay sectores sociales que no pueden darse cuenta de lo que está ocurriendo”.
¿Qué pasa actualmente con la denominada clase media?
“Me refiero concretamente que hay una política deliberada de exterminio de la clase media. Esto ya lo hemos sufrido en otras etapas de la Argentina pero como producto de un estado de sufrimiento social que se viene prolongando durante demasiado tiempo, yo diría por varias décadas, eso trajo consecuencias en nuestro funcionamiento mental, con mucha rabia, con mucho odio y resentimiento que provocan comportamientos tanto sociales como individuales que no se rigen desde lo racional sino que lo hacen desde emociones muy básicas y muy duras. Entonces tenemos una política pública cruel que apunta contra la integridad de las personas y contra la identidad nacional y cuando no tenemos una identidad sólida no se puede andar bien por la vida, no podemos tomar buenas decisiones porque no vamos a tener la posibilidad de un desarrollo y de una autonomía es por eso nos llevan a apoyar proyectos políticos que van en contra de nosotros”.
Pero hay una gran cantidad de personas que tienen esperanzas centradas en las políticas que usted define como crueles…
“Hay sectores sociales que para no perder la esperanza se aferran a una creencia porque después de la esperanza ya no queda nada. Pero aferrarse una esperanza no nos permite pensar ni reflexionar sobre el por qué se están produciendo estos hechos de los que ya estamos padeciendo las consecuencias que son muy fuertes. Con estas políticas vamos a ver a una gran cantidad de integrantes de la clase media que no van a poder retomar su nivel de vida ni de educación pero resulta que la clase media tiene mucho que ver con la identidad argentina”.
Al comienzo de la conversación usted habló de un tríptico de conceptos. Retomemos ese punto…
“La impotencia se va presentando cuando hay sectores sociales o personas individuales que soportan y sufren diferentes tipos de traumas. Esto produce un estado que puede ser de indiferencia o de mucha rabia y de resentimiento que sirven para explicar algunos de los comportamientos electorales recientes pero es algo absolutamente comprensible. Luego viene el estado de desamparo como por ejemplo le pasó a los vecinos que se inundaron hace poco que se sintieron desamparados porque no hubo políticas públicas que los ayudaran en su sufrimiento. Al desamparo le podemos agregar la humillación que es otro de los componentes que están presentes porque existe una nueva fractura que es entre la llamada gente de bien y el resto que parece que no fuera gente decente. Se está estimulando una fractura social muy profunda, muy preocupante y que va contra los valores de nuestra identidad nacional como lo son la igualdad y la justicia social. Cuando se pasa del desamparo a la desesperanza es un momento peligroso de colapso con consecuencias psíquicas y sociales”.
¿Qué alternativa se puede pensar ante este presente que usted describe?
“Ante esto me gustaría ayudar a construir otra trilogía que es la de la memoria, que está íntimamente relacionada con la historia de los pueblos, la reconstrucción de la identidad para ir armando nuevamente un proyecto compartido como la Argentina ya lo tuvo. Creo tener, en base a mi trabajo profesional y comunitario, algunas herramientas para aportar en este camino”.
Excelente reflexiones. Comparto con el Dr Gimenez la preocupación por la ruptura del lazo social. Hoy, parecería que la crueldad se puso de moda y no tenemos tercero a quién apelar. Se torna urgente trabajar con la comunidad para reforzar el lazo social, el pensamiento y el sentimiento comunitario que es la red que nos sotiene como sujetos.