Hoy se cumplen 46 años de la conocida como Masacre de San Patricio, un hecho sangriento donde fueron asesinados cinco religiosos, tres sacerdotes Palotinos y dos seminaristas, entre ellos Emilio Barletti y Alfredo Kelly, muy ligados afectivamente a la comunidad de San Antonio de Areco.
En la edición del 10 de julio de 1976 del semanario La Gaceta, Armando Vergara del Pozo publicó una crónica muy elocuente, que bajó el título “Dolorosos momentos en el sepelio de Barletti” escribió: “Una sensación de confusión era lo que más notablemente se percibía en la gente que acompañó los restos de Emilio Barletti hasta su tumba. Prácticamente todo el pueblo, una verdadera multitud asistió al oficio religioso; una multitud heterogénea en cuanto sectores sociales y económicos, poco les era tal vez común, acaso más que la religión, la condición de vecinos solidarios con una madre, con una abuela, prácticamente desechas por el golpe, que recibieron besos emocionados porque todos quisieron acercarse y estampar en ese beso su solidaridad. Nadie podía imaginar una explicación que hiciera justificable esa muerte cruel de Emilio Barletti junto al padre Kelly y otros compañeros en la fe”.
Ese artículo era la síntesis de las sensaciones predominantes en el Areco de mediados de los 70 y de la reacción popular que generó el crimen, aun sin condena para los responsables.
El sacerdote Kevin O Neill, párroco de San Patricio, habló en la ceremonia religiosa de ese día que marcó a fondo la vida de una generación de argentinos. El mismo O’Neill puso un empeño singular por mantener viva la memoria de estos Palotinos, victimas del terrorismo de Estado imperante como norma en esa época bañada de sangre.
Desde 1991, en el acceso principal a nuestra ciudad hay una plazoleta que es un punto de recuerdo permanente. Pero ya desde antes muchos arequeros trabajaban para reforzar la tarea sin pausas de Kevin O’Neill. Luego formaron una comisión estable de homenaje a los Mártires Palotinos que aportó documentos y testimonios muy valiosos para la reconstrucción histórica del cruento acontecimiento.
Con el trascurso del tiempo dicha comisión, variopinta en su composición, también trató de presentar una interpretación, una lectura de ese 4 de julio de 1976 y sobre el contexto político, económico y social de aquellos años.
Pero en la mencionada comisión, internamente siempre convivieron dos miradas distintas. Una que apunta casi exclusivamente a la cuestión religiosa, al martirio y la otra puntualiza el compromiso social y político, sobre todo de Kelly y de Barletti. Por tal motivo, atravesó por varias etapas de tensión y acaso el ejemplo más claro de ello haya sido el duro discurso que pronunció Roberto Savanti en 2021 que intentó clausurar el debate en un solo sentido pero generó resonantes polémicas, inclusive entre varios allegados a la agrupación.
Actualmente entidades defensoras de los derechos humanos, entre ellas Palotinos por la Memoria, fueron aceptadas como amicus curie en la mega causa ESMA para promover la marcha de la investigación judicial para que el crimen no quede impune.
En paralelo, religiosos y laicos vinculados a la Congregación aportan información y argumentos ante el Vaticano para que el proceso de canonización continué su recorrido con éxito.