Ayer, con las tribunas del centenario Estadio Enrique Fitte colmadas por más de 500 espectadores, San Patricio y Rivadavia empataron 1 a 1 en una nueva edición de un duelo clásico que lleva 40 años exactos de rica historia futbolera. Con este resultado, los dos suman 13 unidades y comparten la punta de la tabla de posiciones junto a River Plate.
El gol bastante tempranero que anotó Tomás Di Filippo cuando se jugaban 15 minutos de la primera etapa fortaleció el plan que diagramó Maximiliano Sánchez porque el elenco panzanegra pobló la zona media con 5 hombres (Andrés Tijerath, Nicolás De Renzo, Laureano Leguizamón, Alejandro Luque y Valentín Griguelo) que trabajaron en bloque y muy cerca de sus defensores (Bautista Leguizamón, Matías Idiart, Tomás Di Filippo y Matías Petit) que estuvieron muy atentos para tomar las marcas y para cerrar todos los espacios en las inmediaciones de Luis Zapata.
Sin bien Diego Arce quedó como único delantero neto, el esquema incluyó los piques por sorpresa de los volantes externos que con cierta frecuencia le ganaron las espaldas a los marcadores de punta de San Patricio.
El equipo que dirige Germán Mangieri dispuso casi siempre de la propiedad de la pelota con Nicanor Basavilbaso como primera puntada desde el fondo, con los dos laterales (Emanuel López y Martín Gignat) bien abiertos y adelantados, con Matías Pigretti buscando la progresión de la maniobra intentando el diálogo con el dinámico Federico De Rosa, que esta vez fue el enganche titular y con los dos atacantes, Pedro Cairo y Juan Bolea, que se tiraban atrás para abastecerse del balón y sumarse al circuito futbolístico que es una marca registrada de San Patricio.
Manuel Blanco se movió por izquierda, retrasado y tuvo que enfrentar la marcación escalonada que le establecieron Tijerath y el menor de los Leguizamón.
Como Rivadavia armó una verdadera trama defensiva, al cuadro del trébol en el pecho le costó generar situaciones de peligro pero de todas maneras el partido tuvo un ritmo intenso y resultó entretenido.
En el complemento ingresó Diego Pollier en lugar de De Rosa y el puntero aportó su piques veloces, sobre todo por izquierda, mientras que Bolea bajó para convertirse en el armador de los avances y encontró un muy buen socio en las vigorosas trepadas de Gignat por la banda.
El club de la avenida Vieytes se apretó en su campo y buscó interrumpir el juego. Primero se lastimó Zapata y luego De Renzo estuvo caído un buen rato para frenar el ímpetu de su rival que arrancó la etapa como para pasarlo por arriba.
A partir de los 10 minutos las acciones se emparejaron. El chinito Leguizamón, otra vez de muy buena actuación, se retiró lesionado y ocupó su lugar un muy dinámico Tomás Martínez que hizo sentir su presencia en el círculo central.
Lorenzo Vidal sustituyó a un cansado Pigretti y para reforzar el ataque Mangieri incluyó a Lisandro Gignat por López.
A esa altura, un poco más de 30’ de la segunda etapa, el cotejo se había tornado áspero, con algunos encontronazos y discusiones porque San Patricio presionaba con el empuje de Basavilbaso, las escaladas de Martín Gignat por izquierda, la habilidad de Bolea y las corridas de Pollier y Rivadavia aguantaba la ventaja parcial con garra, con la jerarquía de Idiart, la experiencia de De Renzo, que jugó realmente bien, con la altura de Di Filippo, con el esfuerzo de Griguelo para colaborar con el pibe Ezequiel Álvarez, que reemplazó a Idiart cuando se quedó sin piernas y con la inteligencia de Matías Oyanguren para esconder la pelota bajo la suela de su botín zurdo.
A los 41’ Martín Gignat clavó un zurdazo tremendo en el ángulo superior izquierdo del arco que da espaldas al frigorífico y estableció el empate que luego el verde amarillo pudo quebrar en un par de ocasiones pero Zapata ofreció dos respuestas magnificas para salvar su arco.
Ya en tiempo de descuento y cuando la lucha había ingresado en las entrañas del infierno, se fue expulsado De Renzo por protestar y la pitada final del buen árbitro que es Marcos Figueredo decretó el cierre de una contienda caliente, con el clima lógico de una rivalidad muy profunda que escribió un capítulo más de una historia apasionante que ya lleva cuatro décadas de pletórica existencia.
San Patricio: Brian Rivello (6); Emanuel López (6) (reemplazado por Lisandro Gignat), Nicanor Basavilbaso (7), Álvaro Gómez (6) y Martín Gignat (8); Matías Pigretti (6) (después Lorenzo Vidal), Federico Menconi (6) (más tarde Carlos Bolea), Manuel Blanco (6) y Juan Bolea (7); Pedro Cairo (6) y Federico De Rosa (6) (luego Diego Pollier 7). DT: Germán Mangieri.
Rivadavia: Luis Zapata (7); Bautista Leguizamón (6), Matías Idiart (7) (reemplazado por Ezequiel Álvarez), Tomás Di Filippo (7) y Matías Petit (6); Andrés Tijerath (6) (después Kevin Benítez), Nicolás De Renzo (7), Laureano Leguizamón (7) (sustituido por Tomás Martínez 7), Alejandro Luque (6) (más tarde Matías Oyanguren 6) y Valentín Griguelo (7); Diego Arce (6). DT: Maximiliano Sánchez.
Goles: 15’ Di Filippo (R), 86’ Martín Gignat (SP).
Juez: Marcos Figueredo.
Expulsado: 90’ De Renzo (R).
Público: 500 personas.
La Figura: Martín Gignat (8) de San Patricio.