San Patricio le ganó por penales a Capilla y se consagró campeón del Torneo Apertura 2022. En el tiempo reglamentario habían empatado 1 a 1.
Solo por la vía de los penales se pudo quebrar la paridad entre dos equipos tan parejos, con campañas similares a lo largo de todo el certamen, con estilos parecidos, con individualidades destacadas y con funcionamientos colectivos muy aceitados.
El último disparo de Álvaro Gómez, que tuvo una alta cuota de angustia porque primero rebotó en el travesaño antes de inflar la red del arco que da espaldas a la calle Fitte, coronó una actuación memorable de Brian Rivello, que un rato antes había atajado con su pie derecho lastimado el remate de Marcos Arguello que abrió el camino a la vuelta olímpica del elenco verde amarillo.
La finalísima tuvo todos los ingredientes que debe tener un encuentro definitorio entre los dos principales animadores del primer semestre de esta temporada: intensidad, ritmo sostenido, alternativas cambiantes en su desarrollo, goles que llegaron casi sorpresivamente, emociones, algunas incidencias insólitos (como la lesión de Rivello por festejar el tanto del empate que interrumpió el juego por espacio de 7 minutos), jugadas que influyeron en los vaivenes del juego y rendimientos personales de muy buen nivel.
Cuando todo era muy equilibrado, hasta con una levísima superioridad de San Patricio, Capilla se puso en ventaja con un cabezazo de Joaquín Gallego a los 29 minutos de la etapa inicial.
Después el cuadro de Julio Márquez vivió su mejor pasaje de la tarde cuando Kevin Medrano y Daniel Pérez obligaron a dos brillantes intervenciones de Rivello para salvar una nueva caída de su vaya.
En los 45’ iniciales el azulgrana mostró la solidez de su estructura táctica, la dinámica de sus movimientos, su fluido manejo de la pelota, su vigor físico para ir a chocar y ganar, las proyecciones por izquierda de Joel Greco, la prestancia del capitán Diego Santoro, la correcta ubicación delante de la línea de 4 de Emiliano Franco, el tranco largo de Gallego, esta vez ubicado de 8 y la seguridad de Emilio Rossé que le tapó un zurdazo potente a Manuel Blanco cuando todavía estaban 0 a 0.
En el comienzo del complemento cambiaron algunas cosas. Diego Vaccarini apostó al fútbol claro de Juan Bolea (que reemplazó a su hermano Joaquín) para que armara una sociedad creativa con Rodrigo Gómez. Blanco se recostó como puntero izquierdo, a espaldas de Martín Beretta, para aprovechar su velocidad y los 6’ se fue expulsado el fornido zaguero Lautaro Camacho.
Aún con un hombre menos Capilla no perdió la compostura. Gallego se acomodó en la cueva. César Quinteros, Franco y el zurdo Pérez se replegaron hasta las cercanías de su propia área para fortalecer el bloque defensivo y Medrano estuvo atento para el contragolpe.
En San Patricio creció la labor de Federico Menconi que se plantó en campo rival. Nicanor Basavilbaso, uno de los históricos, empezó a empujar desde el fondo. Álvaro Gómez aportó su generosa vitalidad para tomar la marca de delanteros tan peligrosos como Jonatán López y el cordobés Medrano.
A los 19’, cuando el panorama era muy complicado, llegó la igualdad. Martín Gignat (que había reemplazado al lesionado Segundo Ovando) estampó el 1 a 1 con un frentazo esquinado.
En el festejo del gol ocurrió algo increíble: Brian Rivello se lastimó seriamente su tobillo derecho. El joven golero estuvo a punto de no seguir doblegado por el dolor pero aguantó como pudo porque el destino quiso que la tarde del sábado 25 de junio fuera suya.
Un rato más tarde, Blanco elaboró una gran jugada, corrió más de 50 metros con la pelota atada a su pie izquierdo, pero entre Rossé y Beretta evitaron lo que iba a ser un gol de antología.
Pero San Patricio, que mejoró mucho su producción en la segunda etapa, no pudo aprovechar el jugador de más porque el cuadro de Exaltación de la Cruz, que en tiempo de descuente se quedó con 9 por la roja a Greco, se defendió con orden y valentía.
La manera en que trascurrió la serie de penales fue la dosis de dramatismo que la faltaba a la vibrante contienda que contó con la asistencia de casi 1.000 espectadores.
Rivello atajó el primer remate de Beretta pero Rossé contuvo el disparo de Matías Pigretti. Medrano convirtió con un tiro alto y el lujanense que ataja para Capilla se quedó con el derechazo de Menconi. Rivello volvió a entrar en escena y desvió el tiro de Quinteros. Rodrigo Gómez marcó el 1 a 1 con un zurdazo medido, bien colocado. Franco tampoco falló. Blanco fue certero también. Rodrigo Rama clavó el 3 a 2 y dejó en Basavilbaso la responsabilidad de convertir sí o sí. A Nicanor no le tembló el pulso y selló la igualdad.
El sexto de la nómina fue Marcos Arguello. Un símbolo de Capilla, un hombre muy noble y rendidor. Tomó carrera, apuntó al palo izquierdo pero se encontró con el pie derecho de Brian Rivello, el que el golero tenía lesionado, que evitó el gol. Lo demás lo hizo el guapísimo Álvaro Gómez que le pegó con alma y vida y se fue a festejar una nueva consagración de San Patricio.
San Patricio: Brian Rivello (10); Emanuel López (5), Nicanor Basavilbaso (8), Álvaro Gómez (8) y Agustín De Rosa (5); Matías Pigretti (5), Federico Menconi (7), Rodrigo Gómez (7) y Manuel Blanco (8); Joaquín Bolea (5) (sustituido por Juan Bolea 6) y Segundo Ovando (reemplazado por Martin Gignat 6). DT: Diego Vaccarini
Suplentes: Matías Cáceres, Lorenzo Vidal, Juan Pablo Maggio, Brian Wilson y César Núñez.
Capilla: Emilio Rossé (9); Martín Beretta (6), Diego Santoro (8), Lautaro Camacho (6) y Joel Greco (7); Joaquín Gallego (7) (después Rodrigo Rama), Emiliano Franco (7), Daniel Pérez (6) (más tarde Marcos Arguello) y César Quinteros (6); Jonatán López (5) (luego Franco Chiapero) y Kevin Medrano (6). DT: Julio Márquez.
Suplentes: Franco Pocini, Francisco Bellido, Diego Bordoni y Matías Romero.
Goles: 29’ Gallego (C) y 64’ Gignat (SP).
Juez: Juan Bruno.
Expulsados: 49’ Camacho y 89’ Greco, ambos en Capilla.
Público: 1000 personas.
La Figura: Brian Rivello (10) de San Patricio.