El domingo, ante cerca de 150 espectadores, San Patricio le ganó ajustadamente 2 a 0 a Solís en un encuentro que abrió la quinta fecha del Torneo Apertura que organiza la Liga Deportiva.
Al elenco que dirige Germán Mangieri le costó quebrar el cerrado esquema defensivo que plantó Solís y recién pudo anotar el primer gol de la tarde a los 33 minutos de la segunda etapa cuando Federico Menconi venció a Sebastián Ficichia con un disparo corto a la salida de un córner.
Germán Paéz y Luis Perroud, los entrenadores del cuadro de la Ruta 8, planificaron un sistema táctico que achicó permanentemente los espacios con una marca en zona pero muy estricta, con mucha gente agrupada cerca de su propia área para interrumpir el habitual circuito futbolístico que distingue a San Patricio y no estuvo lejos de que ese plan le resultara exitoso porque pudo mantener, con mucha disciplina, el 0 a 0 hasta el cuarto de hora final de la contienda.
Esa planificación azulgrana se basó en el esfuerzo de Douglas Perroud, Santiago Córdoba y Horacio Castro para apretar en el medio, en el empeño que pusieron Lautaro Cebrelli y Guido Pérez para cuidar sus laterales, en el fervor de Martín Córdoba para tapar el arranque de Menconi, en el sacrificio que aportaron los jóvenes Luciano Sosa y Natael Villagrán para tratar de obstruir las proyecciones por las bandas de Francisco Simionato y Emanuel López más el oficio de Leo Domancich para cubrir todas las espaldas en la cueva.
Ese cerrojo funcionó casi a la perfección hasta que Menconi anotó el primer tanto porque luego llegaron las expulsiones de Cebrelli y de uno de los Córdoba y Manuel Blanco estableció el 2 a 0 con un penal cuando ya se jugaba tiempo adicionado.
Para San Patricio fue un partido incómodo porque sus hombres de ataque, Juan Bolea, Blanco y Pedro Cairo, siempre tuvieron un marcador encima, respirándole en la nuca. Fue por eso que tuvieron que rotar y bajar muchos metros para intentar fabricar algún claro por donde filtrarse. Tampoco pudo llegar por afuera, con las trepadas del potente Simionato y de López porque esos callejones estaban tapados por un rival. Martín Gignat no logró hacer valer su vitalidad porque también chocó con el nutrido bloque defensivo que armó Solís.
¿Qué le quedaba entonces a la formación del trébol sobre el pecho? La paciencia para hacer circular la pelota, la presencia de Menconi, muy ordenado en el círculo central, el aporte de Matías Pigretti para iniciar la primera puntada en el armado de la jugada, los desenganches desde la retaguardia del capitán Nicanor Basavilbaso y dos cambios muy ofensivos con los ingresos del zurdo Federico De Rosa y del veloz Tobías Lercaro, que reemplazaron al joven zaguero Renzo De Lellis y a Gignat, que le otorgaron una mayor consistencia a la ofensiva.
La victoria de San Patricio llegó porque fue persistente en su búsqueda de los tres puntos apoyado en un estilo que nunca resigna más allá de los obstáculos que esta vez le interpuso un adversario luchador y bien plantado en la cancha y que le opuso una tenaz resistencia hasta el minuto 78 de juego.
San Patricio: Brian Rivello (6); Emanuel López (6), Nicanor Basavilbaso (6), Renzo De Lellis (5) (más tarde Federico De Rosa) y Francisco Simionato (6); Matías Pigretti (6), Federico Menconi (7), Martin Gignat (5) (luego Tobías Lercaro) y Juan Bolea (5) (reemplazado por Bautista Griguelo); Pedro Cairo (5) y Manuel Blanco (5). DT: Germán Mangieri.
Solís: Sebastián Ficichia (6); Lautaro Cebrelli (6), Santiago Córdoba (5), Leo Domancich (6), Douglas Perroud (6) y Guido Pérez (6); Luciano Sosa (5) (después Tomás Achetta), Horacio Castro (6), Martín Córdoba (6) (reemplazado por Bernabé Burgos) y Natael Villagrán (5) (posteriormente Julián Medina); Nazareno Ramírez (-) (sustituido por Matías Castro 5 más tarde Franco Cufré). DT: Germán Páez y Luis Perroud.
Goles: 78’ Menconi y 90’ Blanco de penal, ambos para San Patricio.
Juez: Walter López.
Expulsados: 81’ Cebrelli y 86’ Santiago Córdoba, los dos de Solís.
Público: 150 personas.
La Figura: Federico Menconi (7) de San Patricio.