Ayer a la nochecita, ante cerca de 150 espectadores que se acercaron hasta el centenario Estadio Enrique Fitte, San Patricio le ganó 1 a 0 a Robles en un encuentro correspondiente a la novena fecha del Torneo Apertura 2024. Con esta victoria, el elenco del trébol en el pecho, con 20 puntos y a cuatro de distancia de su escolta Capilla, mantiene en soledad la punta de la tabla de posiciones. Por su parte Robles perdió su tercer partido de forma consecutiva y con 13 unidades comparte el tercer puesto con San Carlos y Huracán.
San Patricio, que no pudo contar con hombres importantes como Pedro Cairo (suspendido) y Matías Pigretti, no alcanzó a jugar bien pero se impuso con justicia aunque un poco ajustadamente en un partido de tono apenas discreto pero que se fue calentando en el segundo tiempo donde abundaron los encontronazos, las protestas, las discusiones, las infracciones y la pierna fuerte e imprudente contra el físico del rival.
El equipo que dirige Germán Mangieri expuso un puñado de razones para justificar el triunfo en una contienda que se le fue complicando con el paso de los minutos. Una de ellas es su jerarquía individual que le permite resolver un resultado con un par de jugadas determinantes como el sábado hizo Juan Bolea, el autor del único gol a los 10 minutos de la etapa inicial. La otra es su fortaleza defensiva y el orden táctico para cerrarse con firmeza en el fondo con Álvaro Gómez y el capitán Nicanor Basavilbaso como puntales.
Robles achicó terreno sobre la zona central adelantando a sus tres zagueros (Juan José Álvarez, Santiago Cerisola y Matías Cerisola), abrió el frente de ataque con Emanuel Perea y Elías Ferreira bien tirados contra las bandas, confió en el atrevimiento del chico Valentín Ereñú como enganche y apostó a la cabeza de Matías Da Silva como vía de ataque.
La mayor parte del tiempo el juego transcurrió trabado en torno al círculo central donde Federico Menconi mostró todo su oficio bien acompañado por la dinámica de Bautista Griguelo, el zurdo Federico De Rosa y por el esfuerzo de Manuel Blanco, que se movió como volante izquierdo en un sector del terreno que parecía un campo minado de piernas.
La velocidad todavía vigente de Diego Pollier fue un dolor de cabeza para la línea de tres de Robles, que también sufrió con las gambetas de Bolea y las proyecciones por los laterales de Francisco Simionato y Emanuel López que redondeó una buena actuación pero sobre todo en la fas defensiva.
El elenco que entrena Cristián Furio, que en el complemento decidió el ingreso del veloz Lautaro Braggio, puso ganas, fervor y garra para hacer un poco más vibrante la segunda etapa pero le costó fabricar situaciones netas de peligro para el arco del seguro Brian Rivello.
San Patricio también entró en el plano de la lucha, de la fricción, con el forcejeo cuerpo a cuerpo de Gómez con Da Silva, con la incorporación de Martín Gignat (que entró por De Rosa) para ganar vigor en ese combate plateado en el mediocampo y tuvo las opciones de gol más claras aunque no hayan sido muchas en el recuento final.
San Patricio: Brian Rivello (6); Emanuel López (7), Nicanor Basavilbaso (7), Álvaro Gómez (7) y Francisco Simionato (6) (reemplazado por Bautista Bucich); Bautista Griguelo (6) (después Martín Gignat), Federico Menconi (7), Manuel Blanco (5) y Federico De Rosa (6) (más tarde Agustín Lascano); Juan Bolea (6) y Diego Pollier (6). DT: Germán Mangieri.
Robles: Adrián Hund (6); Juan José Álvarez (6), Santiago Cerisola (7) y Matías Cerisola (6); Emanuel Perea (6), Matías Vidal (6 (sustituido por Agustín Garay), Gonzalo Galeano (6) (después Gonzalo Molina), Elías Ferreira (6) (más tarde Ezequiel Encina) y Valentín Ereñú (6) (reemplazado por Lautaro Braggio 6); Joel Machuca (6) (luego Antonio Sosa) y Matías Da Silva (6). DT: Cristian Furio.
Gol: 10’ Bolea (SP).
Juez: Juan Bruno.
Público: 160 personas.
La Figura: Álvaro Gómez (7) de San Patricio.
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