Siguiendo con una serie de notas con mujeres arequeras de cara a un nuevo 8M, Días de Areco charló con Rosario Urcelay, integrante del cuerpo activo de bomberos voluntarios de nuestra ciudad.
Durante la entrevista, la bombera contó cómo arrancó en el cuerpo y los desafíos a la hora de trabajar en el cuartel y dejó un mensaje esperanzador para las chicas que hoy sueñan con colaborar con su comunidad.
“Hace siete años que estoy en el cuerpo activo de bomberos. En realidad era un sueño que tenía desde chica, pero por una cosa o por otra lo postergaba. Tenía un familiar acá dentro de bomberos y la pasión se contagia un poco”, contó.
¿Cómo arrancaste en bomberos?
“Se me dio la posibilidad cuando abrió el curso y pensé en probar. Dentro de los 38 aspirantes que éramos inicialmente, éramos dos mujeres, una en Villa Lía y yo en Areco. Hace dos años se volvió a abrir el curso e ingresaron chicas nuevas, pero durante un tiempo estuve sola con todos los chicos”.
¿Cómo era ese curso?
“Todos los bomberos rendimos un curso que dura más o menos un año y tiene prácticas y elementos teóricos también. Al llegar al final tenés un examen teórico y una práctica normal, como si fuese un servicio. Cuando aprobás esa formación inicial pasás a formar parte del cuerpo activo de bomberos. A partir de ahí también tenés que seguir con tu formación si querés seguir cursando. Tenés dos años de espera para empezar a cursar de vuelta y así ir ascendiendo, obviamente para ir cambiando en la jerarquía. Ahora estoy en eso”.
¿Cómo fue cuando ingresaste al cuerpo activo, siendo la única mujer?
“Gracias a Dios durante todo el tiempo que estoy acá, nunca me dejaron de lado, siempre fui una más del montón. Los servicios son todos distintos, pero las mujeres hacemos lo mismo que hacen los hombres. Hay una diferencia, por ejemplo, por ahí por un tema de altura, porque yo soy mucho más baja que ellos, pero me ayudan. A veces es difícil incluir una mujer en un grupo donde hay muchos hombres, pero a mí me incluyeron muy bien y siempre me respetaron tanto ellos como la gente afuera también. Yo lo tomo como una profesión que me encanta y que cada vez la siento más fuerte”.
¿Cuáles dirías que fueron los momentos más gratificantes y los más difíciles que viviste hasta ahora como bombera?
“Como todo, tiene cosas buenas y tiene cosas malas. Pasamos por un montón de situaciones, pero lo importante es que no nos llevemos esas situaciones a nuestras casas. Momentos de satisfacción, ver a la gente cuando aplaude de los bomberos o los chicos cuando vienen recontra ilusionado al cuartel. Ver a mis compañeros a veces llegar a una meta por proponérselo. Ver a mis hijos orgullosos, felices por la profesión que una tiene, igual a la familia es fundamental. Los momentos tristes, eso me los guardo. Tenemos un poco de todo, pero a veces es mejor guardarlos”.
¿Es muy importante el acompañamiento de la familia para un bombero o bombera?
“Yo creo que la familia es el pilar fundamental en esta profesión. Yo tengo dos hijos y si la familia no te acompaña, a veces se hace muy difícil. Porque más allá de que nosotros tenemos servicio, también tenemos capacitaciones, un reglamento que seguir, montones de tareas en el cuartel. No es que venimos a los servicios y nos vamos. Hoy ves que el cuartel está siempre en condiciones, los móviles también y tenemos que saber dónde está el material de cada de móvil también, el orden interno, los papeles. Tenemos muchas cuestiones: el trabajo, a veces la familia, hasta las vacaciones son un tema. Yo siempre digo que bomberos es una familia más porque nosotros, cada movimiento que hacemos, lo tenemos que informar, es parte de la profesión”.
¿Qué les dirías a otras mujeres o chicas que quizás tienen ganas de ser bomberas?
“Me encanta que haya mujeres, me encanta haber sido como un impulso para que vengan. Les diría que no tengan miedo, que es una profesión más y es muy lindo poder ayudar. Nunca me imaginé que iba a llegar a esto. A esas chiquitas que hoy sueñan con ser bomberas o las personas que tengan un sueño, el que sea, les diría que no lo abandonen porque los sueños se cumplen. No sé si en el tiempo que uno propone, pero siempre y cuando uno los persiga, se cumplen. Yo perseguí mi sueño y lo cumplí. Para mí, no hay nada más gratificante que ponerme la ropa de bombera”.