Días de Areco conversó con Ariel Arellano sobre las políticas de preservación patrimonial que siempre han caracterizado a San Antonio de Areco pero que el actual Intendente Francisco Ratto deja de lado, como ocurre en la esquina de Lavalle y Zapiola donde se autorizó la demolición de la casa que era de Jorge y Olga Mercante para construir allí un complejo de ocho departamentos.
Arellano, que es Delegado en la provincia de Buenos Aires de la Comisión Nacional de Monumentos, resaltó el valor arquitectónico de esa esquina, comprendida dentro del Casco Histórico, y afirmó que el actual gobierno de Juntos lleva adelante una no política de preservación patrimonial que permanentemente genera focos de conflicto entre los vecinos.
¿Qué pasa en la esquina de Lavalle y Zapiola? ¿Se respetan las políticas de preservación patrimonial?
“Primero y principal que esa esquina está dentro de Casco Histórico que desde el 10 de diciembre de 1999 es parte del Patrimonio Histórico de la Nación. Eso ya establece una situación legal que luego quedó consolidada a través del Código de Ordenamiento Territorial que está vigente desde 2014 con su reforma de 2019. Esto significa que hay un marco legal, una normativa que comprende al Casco Histórico y a la zona intermedia que sería un tema para hablar con mayor profundidad pero específicamente en esa esquina de Lavalle y Zapiola hay dos Lugares Significativos, uno es el viejo Fogón de Güiraldes con su estilo arquitectónico colonial pampeano y el otro es la casa de Girola, que es el edificio más viejo de ese lugar porque es de finales del siglo XIX. Ambos fueron nominados como Lugares Significativos en la década del 70 y esto debe quedar claro. También está el chalet de la familia Guillamelou que marca una época de nuestra arquitectura”.
¿Qué pasa con la casa que era de Jorge Mercante donde se está haciendo una obra grande?
“Claro, también estaba (digo estaba porque fue demolida) la casa que era de Jorge y Olga Mercante que también tenía un estilo arquitectónico especifico, que podríamos definir como racional donde se utilizó un sistema de construcción diferente, utilizando hierros, cemento como fue característico después de la Segunda Guerra Mundial. El valor que tenía esa esquina, que se ha perdido, es que se podía relatar a través de ella parte de la historia de San Antonio de Areco: los inmigrantes, los criollos, sus diferentes estilos de arquitectura y al mismo tiempo se podía hacer una descripción social. Podríamos decir que las construcciones hablan, que son simbólicas pero por decisiones políticas esa casa de Mercante se demolió para construir ocho departamentos de doble piso”.
¿O sea que se autorizó una obra que daña el patrimonio arquitectónico, histórico y cultural de San Antonio de Areco?
“Sí, pero quiero puntualizar algo más. Conozco el proyecto que se está llevando adelante ahí y más allá del daño al patrimonio histórico también se está dañando la infraestructura de servicios del Casco Histórico: agua corriente, cloacas, electricidad. Ahora hay una sobrecarga porque donde había una casa vamos a tener ocho departamentos que van a consumir muchos más servicios y que además está en el límite de valle de inundación como lo vimos recientemente ocupando espacios donde debe escurrir el agua”.
Esto es una decisión política del Intendente Ratto…
“Este es un hecho más que atenta contra la preservación del patrimonio como pasa con la Estación y podríamos sumar muchas cosas más como ocurre con el carnaval que está declarado como patrimonio inmaterial de la provincia de Buenos Aires desde 2017 por lo tanto nuestros carnavales no solo pertenecen a San Antonio de Areco sino que son un bien cultural de toda la provincia. En este aspecto Ratto lleva adelante una no política de preservación porque no aplica absolutamente nada con una visión muy sesgada sobre lo que es la cultura de nuestro pueblo. Creo que vale la pena ver las cosas desde este punto de vista porque lo que está pasando es lamentable con muchos focos de enfrentamientos porque sabemos que hay vecinos que tienen voluntad de preservar el patrimonio cultural y de participar de los festejos populares pero que no tienen el ámbito y el espacio para hacerlo. La conclusión es que Ratto lleva adelante una no política y una mala administración en ese sentido del Estado municipal”.