Rata de Campo es un proyecto de Guido Bannon que viene hace un tiempo explorando sonidos del folk y del rock, en un viaje personal de descubrimiento y creación.
Actualmente, integran la banda junto a Bannon Federico Basualdo en batería y Camilo Hurtado en guitarra y voces y están grabando un nuevo disco en Iruya Estudios de Facundo Cárdenas.
¿Cómo es la conformación actual de Rata de Campo?
“Hoy Rata de Campo está conformado por Fede Basualdo en la batería, Camilo Hurtado en las guitarras y voces también y yo. Actualmente no tenemos bajista estable, si vamos a tocar en algún show, buscamos algún bajista que nos haga el aguante. Todo lo que es composición, lo hacemos entre nosotros tres”.
¿Cómo surgió el proyecto?
“Rata de Campo es un proyecto personal mío que arranqué sin mucha idea, de hecho no me veía haciendo música. Entre nuestro grupo de amigos, cuando éramos chicos, nos juntamos en una casilla a guitarrear y un día salió la idea de ponerle un nombre a eso y como tenía un aire de campo y somos medio del folk más americano, quedé con el nombre Rata de Campo, un poco en joda. Ahí fue que empecé a componer las primeras canciones y cuando las llevaba a ese grupo, empezamos a tocar y cada vez me fui metiendo más y más”.
¿En ese momento empezaste a componer material propio?
“Sí, empecé a escribir canciones y componer, pero me lo guardaba todo para mí, hasta que un día tenía la idea de irme de viaje y no sé por qué sentí la necesidad como de dejar plasmadas de alguna manera las canciones para que otras personas las pudieran escuchar, tener una especie de obra, por así decirlo. Con todo lo que había hecho, seleccioné un par de canciones que tenían un concepto parecido y cuando volví de viaje me puse a grabar de manera muy casera, con Mati Servelle. Él estaba aprendiendo a grabar, todo con métodos muy caseros y básicos y empezamos a hacer el primer EP, “Cardar”, con un Rata de Campo más acústico, más crudo”.
¿Por qué decidiste mantener Rata de Campo como nombre?
“Ahí tuve un planteamiento de ver si le ponía mi nombre al proyecto pero me daba como un cierto tipo de pudor, me parecía un poco narciso en cierto punto, y terminé decidiendo grabar como Rata de Campo, que de alguna manera tenía esa impronta de la hermandad, de juntarnos con amigos a hacer la música que nos gusta. Al mismo tiempo era un nombre en singular y como de alguna manera planteaba este proyecto como solista, quedó Rata de Campo”.
¿Qué pasó una vez que grabaron ‘Cardar’?
“Grabamos ‘Cardar’, que terminó de detonar las ganas de sacarlo cuando vino la pandemia. Creo que ese momento de tanto encierro presionó para que todo lo que uno sentía lo tuviera que largar. Grabamos en la apertura de la pandemia, cuando parecía que la vida se acababa y de alguna manera queríamos dejar algo. Además, una vez que la música empezó a girar en las plataformas, empezamos a ver a los lugares que llegaba: escucharon desde Rusia, desde Polonia, lugares que ni conocemos, y eso para mí fue fantástico. Siempre sentía un poco la necesidad de compartir la música que componía”.
¿Cómo siguió la historia de Rata de Campo?
“Ese EP lo grabé todo solo, con la ayuda de Mati: hice las guitarras, el bajo y para la batería usamos muchas cosas programadas y tomadas de YouTube. Después, cuando quise salir a tocarlo en vivo, tenía que armar la banda y ahí empecé a buscar músicos por todos lados. Con el primero que di fue con Fede y con él pasó algo fantástico, que intentamos ir a ‘Cardar’, al proyecto que ya teníamos, y automáticamente me di cuenta que los dos estábamos para otra cosa, porque ‘Cardar’ fue planteado bajo los límites y las herramientas que tenía en ese momento estando solo y de repente visto este monstruo de la batería que es Fede y automáticamente salió otro sonido. Con Fede es muy fácil la química que tenemos y él tiene una creatividad gigante y una pegada muy potente, así que Rata de Campo empezó a inclinarse hacia otro lado y también empecé a componer desde ese carácter”.
Después llegó Camilo…
“A partir de eso pensamos que necesitábamos más gente y se sumó Camilo Hurtado, que tenía su proyecto solista, Limón Sutil, donde también componía y escribía. Llegó él y hasta el día de hoy es juntarnos pase el tiempo que pase y tener la misma química, la misma potencia. Ya con ellos empezamos a componer muchísimo, a sacar canciones muy potentes en una nueva faceta de Rata. Ahora, después de un tiempo de trabajo, tenemos varias canciones y logramos sincronizarnos para trabajar en un nuevo álbum que estamos grabando acá en Iruya Estudios de Facu Cárdenas”.
¿Cómo definirías el estilo actual de Rata de Campo?
“De alguna manera tratamos de dejar un poco de huella autóctona en los sonidos de todo lo que tenga que ver con nuestra cultura como argentinos. Si bien nosotros no hacemos folclore, la música no deja de tener como un dejo de este mestizaje que se puede armar porque de alguna manera está atravesada por nuestro lenguaje, por lo que somos. Creo que estamos armando un mestizaje que nos interesa para evolucionar un poco. Si bien a la mayoría de las personas quizás les sigue sonando a rock, estamos tratando de dar otro giro. Nos sentimos muy cómodos en Iruya, con el apoyo de Facu, y es muy lindo también poder estar laburando acá en Areco, en casa, cómodos con eso, con el campo”.
¿Hay una decisión de buscar un mestizaje, una combinación de estilos y sonidos?
“Lo que más me gusta del proyecto de Rata es no encerrarnos en un solo concepto o una sola estética, que tenga diferentes facetas porque de alguna manera las personas también somos eso, diferentes historias, diferentes emociones. Esta nueva faceta que viene con el proyecto de ‘Eter’, el próximo álbum, es un rock mucho más potente, intenso”.
Rata de Campo forma parte de una nueva camada de artistas que vienen empujando fuerte, haciéndose su espacio…
“Hablo por mí aunque creo que muchas personas coincidimos en lo mismo: estamos necesitando música nueva, historias, géneros y musicalidades nuevos. Creo hay una nueva oleada de gente que valoro mucho que se atreve a mostrar la obra propia, algo para lo que se necesita mucha entrega y mostrarse vulnerable en un punto. Eso para mí es muy importante y tiene que ver con un logro personal. Yo no me hubiese imaginado nunca subiéndome a un escenario y mucho menos cantando o siendo el frontman de una banda o teniendo un proyecto. Creo que esto es parte de una transformación personal, de animarse un poco a sacar un poco lo que uno tiene adentro, a canalizarlo. Hay nuevas bandas muy buenas, que te contagian porque estamos todos yendo para adelante, unidos, queriendo hacer fechas, tocar, y es algo muy bueno”.