Los prolongados y reiterados cortes de luz que padecimos durante el verano dejaron a la vista que San Antonio de Areco está atravesando por una crisis energética porque la capacidad de la Estación Transformadora, ubicada en Smith y Azcuénaga, no alcanza para abastecer el consumo de energía eléctrica que demandan los hogares, los comercios y las industrias locales.
En las circunstancias actuales, ni la CEOSP ni la Cooperativa de Electricidad de Villa Lía disponen de la energía suficiente para prestar el servicio como corresponde en las épocas de mayor consumo en sus áreas de cobertura.
Por lo tanto esta es una cuestión de Estado con derivaciones socio – económicas que demanda una solución política.
Dos veces se vivieron situaciones de estrangulamiento energético en la historia reciente. En 1965, cuando la Cooperativa Popular de Luz y fuerza optó por dejar de generar con equipos propios y se contactó a la por entonces llamada súper usina de San Nicolás y se convirtió en distribuidora y en 2001 cuando la CEOSP invirtió 1 millón de pesos para ampliar la actual planta transformadora.
La solución al problema es una propuesta de la empresa privada EDEN que tiene el proyecto de invertir más de 12 millones de dólares para construir otra estación transformadora de mayor capacidad en las cercanías de la Ruta Provincial 41 pero en una área no autorizada por el Código de Ordenamiento Territorial (COT) vigente.
Entonces para hacer esa obra y en ese terreno, el Municipio debe autorizar el uso del suelo con una modificación del COT, instancia para la cual el oficialismo cuenta con los votos necesarios en el Concejo Deliberante como para hacerlo. Como se suele decir en un lenguaje popular: Ratto tiene la pelota en su campo.
Cuando se conoció con más firmeza la noticia (EDEN compró ese lote a una inmobiliaria local a finales de 2019) un grupo de vecinos de la zona sur plateó su disconformidad e hizo sentir su voz en los medios de comunicación y en una audiencia pública que se convocó para tratar el tema. Estos moradores del viejo Barrio de las Quintas utilizan el argumento del daño ambiental que generaría esta planta transformadora para fundamentar la reubicación del proyecto en otro lote. Con tal fin están llevando adelante una campaña para juntar firmas que respalden su posición.
Al mismo tiempo, las dos cooperativas eléctricas (CEOSP y Villa Lía) y unas cuantas industrias, la mayoría de ellas en constante crecimiento, expresan permanentemente su opinión favorable y le reclaman al gobierno una decisión urgente porque la construcción de esta planta demandará unos dos años de trabajo para entrar en funcionamiento y mejorar el abastecimiento de energía eléctrica.
Todavía el gobierno de Francisco Ratto no expuso su postura con claridad sobre este asunto medular por su importancia para la marcha normal de la comunidad y el tiempo corre a gran velocidad.
Si se pierde esta inversión de EDEN, serán las cooperativas eléctricas las que tengan que buscar otra vía de financiación para aumentan la capacidad de trasformar energía para distribuirla entre sus asociados y ya vemos que es una cifra cuantiosa la que se necesita para salir de este cuello de botella.
¿Por qué se llegó a este punto de tensión que una vez más enfrenta a los miembros de nuestra comunidad, en este caso a instituciones que prestan servicios públicos y empresarios que mueven la rueda de la economía doméstica, con un sector del vecindario que en los últimos treinta años ha cambiado su composición social?