El médico psiquiatra y habitual entrevistado de Días de Areco, Luis Giménez, propuso implementar un programa de salud mental comunitaria para atender los principales problemas del San Antonio de Areco del siglo XXI.
Giménez, que es especialista en salud pública y durante más de una década trabajó en el hospital Pirovano de CABA, explicó que es necesario recurrir a propuestas innovadoras, con la participación de los vecinos de los barrios con un rol protagónico, para ofrecer alternativas al sistema asistencial tradicional, como es la conformación de redes vinculares barriales para tratar los problemas de salud mental prevalentes en estos tiempos: la ansiedad, las adicciones, la violencia de género y las distintas depresiones.
¿Qué es un programa de salud mental comunitario?
“Les quiero hablar de los programas de salud mental comunitarios. Con esto les digo que es necesario ir a un determinado barrio y con nuestro equipo comenzar a hacer reuniones. Hay diferentes maneras de organizar este trabajo, una de ellas es a través de los referentes barriales porque todo barrio los tiene. Son las personas más conocidas, los comerciantes, los vecinos que tienen inquietudes culturales y deportivas con capacidad de organización. Con ellos hacemos las primeras reuniones y después vamos ampliando la participación para avanzar en la primera etapa del programa que es el análisis de situación”.
¿Hay un modo, un procedimiento, para organizar estos programas de tipo barrial?
“Rápidamente voy a plantear cuáles son los cinco o seis pasos que contiene el diseño de un programa de salud mental comunitaria de este tipo. El primer paso es el análisis de la situación. El segundo es determinar los objetivos. El tercer paso es identificar y llevar adelante las actividades correspondientes. El cuarto es el cálculo de recursos para saber qué cantidad de recursos humanos y materiales voy a necesitar y el quinto es la definición de las responsabilidades o sea a quién voy a poner como responsable en cada una de las actividades y en cuánto tiempo planificamos que vamos a lograr las metas propuestas”.
¿Qué ventajas ofrece este tipo de programas comunitarios para atender la salud mental?
“La ventaja de este tipo de programas es que se va generando una participación social desde el mismo inicio, lo que también es algo innovador porque no es solamente la atención de la salud mental desde un consultorio, desde un hospital o desde un centro de salud, sino que se trabaja con una metodología y una técnica participativa. En estos programas los vecinos del barrio van a participar desde el comienzo en la definición de los objetivos”.
¿Cómo participa la gente del barrio?
“La gente del barrio participa de las reuniones y plantea los objetivos porque vive ahí, convive con los problemas. Entonces ellos van contando lo que les pasa en el barrio, sus problemas, como pueden ser las adicciones, que es algo que surge siempre, puede ser la violencia de género, puede ser algo que está aumentando muchísimo como son los problemas de ansiedad y pánico y también pueden ser las depresiones, que es algo peligroso, que va en aumento. Entonces con lo que dicen los habitantes del barrio se va haciendo un listado y en la charla con ellos van surgiendo las prioridades. Claro que cuando se vayan calificando los problemas, a algunos de ellos habrá que derivarlos a la red asistencial pero hay otros muchos que puede ser abordados por lo que se llaman las redes vinculares barriales”.
¿Qué son estas redes vinculares barriales?
“Para la medicina tradicional, clásica, todo esto que estoy planteando puede parecer un poquito innovador pero a esta altura de las cosas tenemos que proponernos ideas innovadoras pensadas para el San Antonio de Areco del siglo XXI. Lamentablemente en este Areco actual la problemática de salud es tan enorme que hay que ir pensando soluciones paralelas y alternativas a las que ofrece el sistema asistencial. Acá también juega un papel esencial la historia del barrio. Cuando uno conoce la historia del barrio, quiénes fueron sus primeros habitantes, sus vicisitudes, cómo se fue formado, eso une a las personas. En ese trabajo sobre la historia del barrio que va surgiendo de las reuniones con los vecinos se va organizando el armado de las redes vinculares que van a ser fundamentales. Es decir que de entrada, al juntarnos, al hablar, al conocerlos, al recordar cosas de la historia común del barrio, de sus principales personajes, se va generando el encuentro que es el primer paso para mejorar la salud mental de la gente con algo muy sencillo, que es encontrarse y dialogar”.