En una conversación a fondo con Días de Areco, Carlos Pellegrini analizó la situación compleja que vive el comercio en todos sus rubros de actividad con aumentos constantes de costos y una baja sostenida de las ventas que redujo sensiblemente la rentabilidad.
Durante la entrevista, el Presidente del Centro de Comercio contó algunos detalles del día a día de los comerciantes, habló sobre las promociones con las billeteras virtuales, que también se achicaron, y trazó un panorama económico muy preocupante de cara al futuro cercano.
¿Cómo está la situación del comercio en estos cuatro meses y pico que lleva Milei como Presidente de la Nación?
“La situación del comercio es complicada porque se nota una permanente pérdida de rentabilidad vía el incremento semanal de costos. Si hablamos del comercio como boca de expendió de la industria, se le está haciendo puré el margen de ganancia porque al principio decidió absorber parte de esos costos y no trasladarlos al precio pero ahora se encuentra ante al dilema de hacer frente a los próximos aumentos, que son realmente importantes en su magnitud y deberá cambiar de estrategia porque está viendo que su aliado permanente, que es el consumidor, el cliente, tiene el bolsillo cada vez más flaco”.
¿Cómo caracteriza el comerciante su propia situación diaria?
“Lo que te dicen es que tienen productos, mercaderías que habitualmente comercializan pero que ahora están con precios o valores completamente disociados de los ingresos, como si corrieran por dos carriles diferentes. La impresión es que no se tomó en cuenta a la hora de poner el precio lo que puede pagar el posible comprador de esa mercadería. Entonces empezó a pasar que el cliente busca segundas marcas, productos sin rotulación, a granel e inclusive a racionar las compras que además se hacen con más frecuencia, van y compran a la mañana y luego compran para la noche. El comerciante conoce perfectamente a su clientela y trata de adaptar lo que ofrece a esa realidad pero ya quedan de lado un montón de productos de marcas líderes que a veces me pregunto en qué país viven porque esos precios son inalcanzables y eso se ve en artículos de primera necesidad: azúcar, yerba, arroz, los lácteos que hasta hace poco tiempo atrás formaban parte de la dieta cotidiana. Esto solo si hablamos de alimentos”.
¿Qué pasa con las promociones y con las billeteras virtuales?
“Las promociones se achicaron. Sabemos que las billeteras virtuales fueron la vedette de los últimos tiempos y que la gente organizó y programó sus compras en base a ellas pero también se tuvieron que achicar. La respuesta inmediata del consumidor fue abrir otras opciones de billeteras virtuales y tiene en su teléfono dos o tres aplicaciones buscando hacer rendir sus ingresos”.
¿Qué pasa con otros rubros de la actividad comercial?
“Si vamos al rubro indumentaria las compras son mucho más meditadas limitando al máximo lo impulsivo. Lo único que ayuda un poquito a mover las cosas es que volvieron las cuotas porque ahora el tan criticado Ahora 12 se pasó a llamar Cuota Simple y es la única manera de vender algo. Otros rubros que antiguamente eran cotidianos hoy pasaron a ser de un consumo suntuario y están mucho más golpeados todavía como las regalarías y las salidas, cuya frecuencia se redujo muchísimo. Si hablás con los prestadores de servicios turísticos te van a decir que también mermó su actividad. En el turismo hay una baja notoria”.
¿Cómo se explica esta caída de la actividad comercial en general?
“Porque ese dinero fue a pagar seguros, medicina, telefonía, con tarifas y abonos cada vez más altos y da la sensación que el gobierno no tiene la intención de ponerles un freno”.
¿Qué opina el comerciante de esta situación?
“El comerciante está preocupado. No estaba endeudado ni bancaría ni impositivamente y eso es un punto a favor enorme pero está buscando conseguir mayor escala de ventas vía segundas marcas, buenas propuestas pero prácticamente hay una semana en el mes que queda borrada. Al mes le sobra holgadamente una semana y existe una cautela muy alta del consumidor que hasta incluye la decisión de no comprar. El precio de la energía eléctrica es muy alto y muy preocupante pero además no se puede trasladar a los precios y eso achica mucho más el margen de rentabilidad. Por eso el comerciante trata de adaptarse, achicando el consumo pero estos valores son muy difíciles de sostener. La pregunta es hasta cuándo van a seguir los aumentos porque no veo en el corto plazo el punto de equilibrio que dicen buscar ni tampoco la estabilidad que tanto añoramos y que fue la razón principal del cambio que se produjo en las elecciones de noviembre del año pasado. Creo que lograr la estabilidad va a ser a un costo muy alto, con heridos por todos lados”.
¿Cómo ve puntualmente y de manera más global la economía de San Antonio de Areco en este contexto?
“La economía de Areco está muy diversificada y es por eso que el golpe no se nota tanto como en otros lugares. Nuestra economía está diversificada por naturaleza porque tiene turismo, el sector agrario, la industria que tiene un gran peso más allá de que pueda parecer a simple vista y una rama de servicios muy pujante que incluye educación, salud porque fijate que lugares como lo que era el hospital Morgan, Villa Lía, Vagues, son generadores de empleo y la gerontología abre una abanico de potenciales inversiones, además contamos con mucha gente calificada para trabajar. Esa diversificación hace que el impacto se sienta menos que en ciudades que tienen una actividad económica concentrada en un sector económico”.
¿Cuál es su mirada sobre el futuro?
“La verdad que no es buena porque si se acomodan las variables macroeconómicas pero la economía real no toma ningún sesgo definido nos quedamos sin rumbo más allá de la valorización financiera porque se siguen pagando tasas de interés muy altas comparadas con cualquier lugar del mundo. No se escucha hablar del rumbo que va a tomar la economía pero además sabemos cómo se termina con un tipo de cambio atrasado, entonces el productor no sabe si tiene que invertir. El comerciante está abocado a su negocio, al día a día, y no le queda tiempo para poner la cabeza en otra cosa porque además tiene que atender a su clientela con la mejor predisposición con un fuerte instinto de subsistencia para llegar a fin de mes y sin que se rompa una relación de años con sus clientela”.