En una charla profunda con Días de Areco, el Senador Durañona hizo su balance de la actualidad política local.
Su visión de la gestión de Juntos, el rol de la oposición y los desafíos que vienen para Areco.
¿Cómo ve el panorama político arequero actual?
“Me da la impresión que entre el 83 y finales del sorchilismo en el 99 fue una etapa contemporánea con una conciencia social y popular fuerte, empujada por maneras de liderar como la de Tito primero y luego Beto que hoy serían inviables. Después de eso hubo una transformación y profundización del modelo de dominación, y cuando nos tocó gobernar a nosotros fue un momento de confusión acompañado de una ola nacional muy fuerte. Ahora volvió al status quo de lo que este tiempo social y el espíritu poblacional requieren para un liderazgo local. Lo que está pasando hoy en San Antonio de Areco es lo que la inmensa mayoría del pueblo quiere. Hoy la comunidad de San Antonio de Areco se orienta muy masivamente a la comodidad que brinda este tipo de gobierno”.
¿A qué se refiere con comodidad?
“El actual gobierno local no se mete en los temas que podrían considerarse molestias como los temas fiscales de fondo, de la distribución de la carga mayor a quienes tienen más capacidad de aporte y menor a los sectores populares. Esas discusiones generan una tensión y ellos no la tienen. Entonces prefieren un gobierno local débil en términos de recursos, pero que no molesta. Porque en definitiva a ese sector de la población no le importa si hay cloacas o no. No es cierto que al final vamos todos al Hospital Zerboni. Está bueno acostarse a dormir con la conciencia tranquila de que compraste un par de guisos para que hagan un quirófano nuevo cuando eso nunca te va a afectar de manera determinante como sí afecta a quienes todos los días necesitan que haya una guardia funcionando. Ese sector dominante es tan fuerte que hasta logra absorber sectores que deberían defender sus intereses, pero por distintos motivos incluso de supervivencia se dejan absorber por ese modelo de no intervención del gobierno local”.
En ese contexto, ¿qué pasa con la oposición?
“Es para destacar que la oposición, el peronismo, está unificado, centralizado, conducido, con capacidad de gestionar e intervenir en la agenda cuando el mandato es no molestar y no hay espacios de debate, todo es a oscuras, de noche. La legislatura local, el Concejo Deliberante, prácticamente no existe, nadie sabe lo que se trata ahí e ir un ratito basta para ver la violencia con la que los empleados de la normalidad tratan a quienes, por ejemplo, pretendemos insertar un programa de viviendas en Villa Lía. Fijate la poca predisposición a aportar soluciones que hasta se permiten frenar una obra para financiamiento de viviendas. Y lo más grave es que sucede eso y no hay ningún tipo de reacción. Entonces mi mirada actual de Areco es preocupante en cuanto a la fortaleza que instala ese modelo”.
El que describe es un panorama complejo…
“Eso se puede terminar de una sola forma: una gran ola nacional en contra de ese conservadurismo, que no va a pasar ahora, estamos lejos, o un error de cálculo. Los movimientos populares a nivel nacional y local que surgen sorpresivamente y logran equilibrar en muy poco tiempo la balanza son producto de errores de cálculo. ¿Cuál puede ser el error de cálculo? El fracaso de una gestión que es tan normal que al final termina generando un hastío o una necesidad de que eso cambie profundamente. Eso hoy no está”.
¿Y qué pasa con la oposición ante ese contexto?
“Está el reclamo de que vayamos a caminar los barrios, a ver a la gente, como si lo que hiciéramos los dirigentes fuera lo que va a torcer la situación y eso no depende de nosotros, depende del pueblo. Tiene que notarse una reacción de cada vecino en particular y del pueblo en general de necesitar un cambio profundo y un nuevo rumbo de la realidad local. Eso hoy no está, no se percibe. No es que nadie hace nada porque sabe que va a continuar este modelo y prefieren quedarse callados. Va a continuar porque se quedan callados, porque en el fondo no están tan incómodos y lo que para nosotros es una incomodidad, para el pueblo se ha transformado en una normalidad cuando les han afectado derechos pero está tan arraigado el modelo que sienten que se tienen que conformar con eso. Un gobierno local que rompa la inercia de esto, que tome las decisiones necesarias para ordenar esto como fue entre 2011 y 2019, necesita un respaldo popular muy grande, no una elección reñida. Nosotros ganamos por 60% en octubre de 2011. Asumí en diciembre y en febrero los medios ya estaban escribiendo que el pueblo se había arrepentido de votarme. 60 días después nos bloquearon la reforma fiscal en aquella famosa sesión en la que no fueron los concejales y me apersoné. Si con 60 puntos y un gobierno nacional que acompañaba, a los 30 días ya empezaban a limar…”
De todas maneras, desde el Frente de Todos y desde que Ud. asumió como Senador, siguen gestionando obras…
“La estrategia debería ser quedarse de brazos cruzados e incluso hacer cosas para que le fracaso sea más rápido, pero eso no está en mi forma de hacer las cosas bajo ningún punto de vista. Cumplimos con creces en nuestro rol de representación del único espacio popular de San Antonio de Areco sin habernos movido un milímetro de nuestra manera de pensar y damos todas las peleas, las que se ven y las que no. Seguimos gestionando para el pueblo”.