En septiembre de 1976 los vecinos del Barrio Obrero se reunieron con el por entonces Intendente Enrique Amondaray para ponerlo al tanto de la situación del montículo de tierra que estaba ubicado de forma paralela a la avenida Vieytes, un verdadero yuyal, prácticamente en estado de abandono y de los daños que permanentemente sufrían los juegos infantiles y el tanque de reserva de agua construido en el lugar a comienzos de la década del 60.
De la reunión, que se llevó a cabo en la casa del vecino Juan José Cicarelli, participaron el Secretario de Gobierno Enrique Villoud, la Arquitecta Marcela Castex y representantes de las colectividades española, italiana y chilena que ofrecieron su colaboración para todo lo que hiciera falta.
Tras el encuentro, Amondaray le encargó a la arquitecta Castex que confeccionara el proyecto de urbanización de la plazoleta. El Municipio hizo las obras de infraestructura: apertura de caminos internos, canteros, colocación de piedras que donó la empresa Ferrocarriles Argentinos y los vecinos aportaron los demás materiales.
Tiempo después, exactamente el 23 de octubre, se realizó el acto de inauguración de la nueva plazoleta y se colocó el cartel de chapa con el nombre de los Inmigrantes en homenaje a los muchos extranjeros que llegaron a San Antonio de Areco entre la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX.
El cura párroco de San Patricio, Kevin O’Neill bendijo la obra y esa tarde estuvieron presentes con sus banderas miembros de las colectividades uruguaya, chilena, española, italiana y yugoslava que residían en nuestra ciudad.
En su discurso, el Intendente Amondaray señaló que: “nos encontramos para rendir el homenaje que la Nación Argentina toda le desea rendir a todos los inmigrantes que desde hace 100 años comenzaron la travesía en busca de esta tierra de promisión que les ofrecía sus riquezas para que solo con arado y trabajo abrieran el surco buscando el fruto que merecía ese esfuerzo. Lo abandonaron todo, familia, amigos, hogar, patria y en la mayoría de los casos no los volvieron a ver nunca más. Muchos de ellos formaron aquí su hogar, y con una labor fecunda y sin desmayos fueron a la par de los argentinos haciendo próspera esta tierra que adoptaron como suya pero mientras llevaron adelante esta lucha organizaron sus propias sociedades que se hicieron pujantes y progresistas y se sumaron a las demás instituciones locales”.
Ese mismo sábado se realizó una misa en la parroquia San Antonio de Padua en memoria de los inmigrantes fallecidos y para recordar el 246° aniversario de la fundación de nuestro pueblo.