Las ráfagas de viento de esta madrugada, que por momentos fueron de una velocidad que rozó los 80 kilómetros por hora, derribaron parte del tapial que da sobre avenida Güiraldes del centenario estadio Enrique Fitte.
Por acción del viento, que habitualmente en esa zona corre en diagonal desde la estación del ferrocarril hacia el viejo boliche de Ferraresi pero que esta vez lo hizo con una fuerza inusitada, se destruyeron por completo cuatro paños enteros de placas de cemento y unas cuantos más quedaron también dañados pero por el momento soportaron en pie el temporal.
Este paredón, que incluye un tramo similar sobre calle Fitte, es una obra bastante reciente que encargó el Municipio pero que ya mostraba de antemano cierta desprolijidad en la calidad de la construcción al punto que llamaba la atención de los vecinos y de los asistentes regulares a los convocantes partidos de fútbol que se juegan cada fin de semana en dicho escenario.
Justo una semana después de la conclusión de una temporada futbolística que tuvo un muy buen marco de público, la Liga Deportiva se encuentra con este problema que no entraba en los cálculos de nadie y cuya solución le llevará unos cuantos pesos.