Si bien Pedro Brandan nació en Ameghino el 12 de octubre de 1912, desde pequeño vivió en San Antonio de Areco hasta que en 1926 se radicó con su familia a la Ciudad de Buenos Aires.
Su padre, también Pedro Brandan, fue uno de los 11 paisanos de la vida real que inspiraron a Ricardo Güiraldes en su obra “Don Segundo Sombra” y es por eso que su nombre figura entre las dedicatorias del libro.
Ya en 1928 comenzó a hacerse conocido como cantor de tangos. Historiadores de la música ciudadana registraron que se debut fue en un café de Corrientes y Esmeralda y que al año siguiente ingresó en la radio La voz del Aire para cantar junto al trio de Vicente Fiorentino y para participar en algunos radioteatros.
En 1932 se incorporó a la orquesta de Anselmo Aieta. Fue por esa época que recibió elogios del mismísimo Carlos Gardel y que el director de la desaparecida Radio Prieto, emisora en la que compartió programas junto a Hugo Del Carril, lo bautizó como Oscar Alonso.
Fue cantor solista, de estilo gardeliano. Su carrera fue discontinua porque tuvo altos y bajos pero grabó varios discos (el primero en 1936), hizo largas giras por toda América, fue autor de un par de temas (“Yo no quiero que le escribas” y “Tardecita de campo”) y tal vez su mejor etapa fue cuando cantó con la orquesta de Héctor Artola.
Trabajó en algunas películas, tuvo intervenciones frecuentes en el noticiero “Sucesos Argentinos” y en 1952 su voz en off apareció en la escena final del fil de Lucas Demare “Mi noche triste”.
Aníbal Troilo le dijo al periodista especializado en tango Néstor Pinzón que: “Alonso fue el más grande cantor de tangos después de Gardel, sin ninguna duda”.
Su relación con el vecindario de San Antonio de Areco fue contradictoria. Según los memoriosos, de chico vivió en el viejo barrio de las tropas, en la calle San Martín y Martínez, pero luego se mudó a una modesta vivienda de la calle Alsina, cerca de Guido. Su esposa fue Pilda Casas, hermana de Moncho, con quien tuvo una hija. Más tarde residió en Martínez.
Fervoroso peronista pero a la vez muy amigo del radical Melchor Posse, que fue intendente de San Isidro y amante del turf, muchos cuentan que Alonso cantó dos veces en la sala del Cine Teatro Vieytes pero como en la segunda ocasión no fue bien recibido por el vecindario, prometió no volver a cantar en el pueblo.
Oscar Alonso falleció repentinamente a causa de un infarto el 16 de enero de 1980 cuando tenía 68 años y su fama ya estaba guardada en la memoria de los gustosos del tango.