La Biga Alada volvió a llenar anoche el Galpón Chamico en una fecha a puro rock y en la que repasó temas de sus dos discos, “Bigueros de Coctel” y “Kadú”. Casi 200 personas se acercaron a escuchar a la banda comandada por Chapu Morales, que cada vez que toca convoca a un público fiel y de todas las edades.
La noche comenzó con Tommy Clancy pinchando vinilos: el bajista de La Biga y de varios otros proyectos musicales locales hizo una cuidada selección con discos de su colección personal y reunió rock nacional, funk y rock palpitando los shows principales.
Más tarde fue el turno de Rulo Godar y Nación Wiphala que trajeron desde Mercedes una cuidada combinación de aires folclóricos, rock y música popular con una fuerte consciencia social. Con guitarras, acordeón, teclado y bombo, ofrecieron temas propios y algunas muy interesantes versiones de clásicos de la canción latinoamericana. Varios tramos de su show estuvieron dedicados a la memoria y la lucha de Nora Cortiñas, cofundadora de Madres de Plaza de Mayo fallecida el jueves.
El plato fuerte de la noche fue, por supuesto, el show de La Biga Alada. Con una cuidada puesta en escena, comenzó con un monólogo pre-grabado en la voz del actor Daniel Lambertini para después dar paso a más de una veintena de temas de la banda y un par de covers.
La Biga es una rara avis en el panorama local: con más de una década de trayectoria y a pesar de algunos cambios en su composición, sostiene un sonido propio, muy específico, y no solo no ha perdido seguidores sino que ha ampliado su base de fanáticos con nuevas generaciones que, en su mayoría, se están formando en la Escuela Municipal de Música y tienen como docentes a algunos de los artistas de la banda. Hoy, La Biga es el mayor exponente del rock arequero, una renovación del género que marcaron en los 90 y los 2000 proyectos como Trifásica 380 o Pragha y que pareció en algún momento caer en desuso.
El show de anoche fue un muy buen repaso de los temas que ya son clásicos de La Biga. Hubo tiempo para el agite y el rock con “Euphorical Trip” y “Reggae Utópico” pero también otros tramos para detenerse a escuchar las cuidadas letras del Chapu como “Azules callejones despiertos”. Además, sumó la participación de algunos jóvenes bigueros que subieron con enorme entusiasmo al escenario a tocar con los que se han convertido en verdaderos ídolos para ellos.
Lejos de una agenda oficial que pretende hacernos creer que solo hay lugar para el folclore, La Biga, ya jugando de local en el Chamico que los cobija desde hace varios años, deja claro que la cultura y sobre todo el rock están más vivos que nunca en Areco.