Al término de la temporada pasada, el zaguero Nicolás Barañuk decidió ponerle punto final a su dilatada campaña deportiva, que arrancó en 2003.
Barañuk vistió únicamente la camiseta de Rivadavia a lo largo de 19 años y fue campeón en 2006, 2007, 2009 (dos veces), 2010 y 2015. También integró el equipo de Huracán que en 2006 ganó la Copa de la Federación Norte.
Nicolás fue un defensor de rendimiento parejo, muy firme, tiempista, atento para cruzar a las espaldas de sus compañeros, difícil de superar en el mano a mano, y que suplió su baja estatura con un buen sentido de la ubicación. Por lo general jugó como líbero, como último hombre sobrando detrás del resto de los zagueros, como garantía defensiva. También se destacó por su nobleza y por su forma limpia de jugar al fútbol.
En casi dos décadas hizo algunos paréntesis en la actividad, pero en 2022 intervino en un puñado de partidos antes de resolver su retiro definitivo de las canchas.
El padre de Nico, Guillermo, también fue un hombre muy reconocido en el ambiente futbolístico porque jugó varios años en el desaparecido Club Independiente y en Rivadavia, donde dio la vuelta olímpica en 1985, 86 y 87.
No hay dudas que sus nombres quedaran bien guardados en el recuerdo del hincha panzanegra pero también en el de todo el pueblo futbolero.